El Ayuntamiento de Tarragona acaba de iniciar una campaña para intentar atajar el problema de los excrementos de perro abandonados en la calle. La campaña va en dos direcciones: la informativa y la punitiva. Para ello trabajan conjuntamente tres departamentos: Neteja Pública, Seguretat Ciutadana y Benestar Animal.
En primer lugar se ha contratado a dos informadores que ya han comenzado a visitar los sitios donde se han detectado más comportamientos incívicos. Los informadores prestarán servicio en distintos puntos de la ciudad de lunes a sábado durante ocho semanas y, además de ofrecer información, entregarán bolsas para recoger los excrementos y botellas de agua para disolver los orines.
En lo que se refiere a las multas, la concejal de Seguretat Ciutadana explica que los agentes de la Unitat de Medi Ambient de la Guárdia Urbana de paisano vigilarán las zonas conflictivas con la colaboración de otros agentes.
Reconoce Guzmán que no se trata de un trabajo sencillo pillar a los infractores en el acto, ya que muchas veces suelen salir a deshora y por lugares apartados.
De hecho, las cifras actuales de denuncias por estos hechos son prácticamente anecdóticas. Alrededor de Semana Santa se realizó una campaña durante un mes y solo se materializaron cuatro.
Ocho euros por excremento
Desde el consistorio se calcula que retirar un excremento de perro cuesta unos ocho euros. El concejal de Neteja, Jordi Fortuny, insiste en que los dueños incívicos son los menos, pero su acción es más evidente.
Valga recordar que la ordenanza de protección animal de la ciudad obliga a los dueños de mascotas a recoger sus excrementos. La multa por incumplir la norma es de 300 euros.
La concejal de Benestar Animal, Elvira Vidal, explica, no obstante, que se ha descartado la identificación de los excrementos por ADN, algo que está dando buenos resultados en algunos municipios y que ya se contemplaba en la ordenanza aprobada hace cuatro años.
Vidal explica que se ha descartado el método porque los análisis son costosos y es probable que aunque se identificara el ADN del animal, el mismo no conste en el censo de mascotas de la ciudad, teniendo en cuenta que quienes sí han censado a sus animales suelen tener comportamientos más cívicos.
Recuerda que el censo municipal es obligatorio, pero además puede ser de gran ayuda en caso de que el animal se pierda o se escape.
También aprovechó la oportunidad para explicar que próximamente se pondrán en marcha cinco nuevas zonas de pipican en Icomar, El Serrallo, Tarragona 2, Torreforta y el Pilar. Este último es un cambio de ubicación del actual.
l Este verano también se ha puesto en marcha una campaña contra el abandono de residuos voluminosos en la vía pública, que aumenta en esta época. Entre enero y junio se han impuesto 192 multas por incumplir la ordenanza municipal y 35 por la ley de residuos. Los casos graves son multa de hasta 4.000€.