Desesperados. Así es como están los pescadores de Tarragona, al ver cómo las normativas europeas les están apretando las tuercas a unos niveles insoportables. A esto, cabe sumarle la falta de relevo en el sector y las pocas capturas de pescado azul que se están registrando en los últimos años. Un panorama desolador que augura un final trágico. Ayer, los pescadores colgaban pancartas reivindicativas en sus embarcaciones. Es su último cartucho. El Diari ha hablado con el presidente de la Confraria, Esteve Ortiz, quien nos cuenta la situación por la que está pasando el colectivo.
¿Cuál es el estado de salud de la Confraria como institución?
Económicamente no es mala, gracias a la subida del precio de pescado y al convenio que tenemos con Mercadona. Sí que es cierto que nos hemos visto obligados a reducir personal para poder aguantar. A nivel social, la cosa cambia. Todos los pescadores, sobre todo, los del sector del pescado azul, están sufriendo mucho.
¿Cuántas embarcaciones hay en la actualidad?
Unas 25 en el sector del arrastre, unas 10 del cerco en toda la provincia y unas cinco de artes menores. Pensar que, en diez años, la flota se ha reducido un 50%.
¿A qué se debe esta reducción?
Principalmente a la falta de relevo generacional, que viene dada por las malas condiciones en las que se trabaja. Las administraciones presionan demasiado porque, lo que quieren, es terminar con el sector primario, tanto con los pescadores, como los payeses y los ganaderos. Se los quieren cargar.
¿Y si la tendencia sigue siendo esta, la pesca acabará desapareciendo en Tarragona?
Sí, y lo digo con tristeza. No solo no hay relevo, sino que no encontramos pescadores. Quizás soy pesimista, pero le doy un plazo de cinco años al sector para que acabe desapareciendo.
¿Qué ambiente se respira en la Confraria?
Los pescadores están desesperados, bajos de moral, depresivos y enfadados. A veces, incluso, nos llegan a culpar a nosotros como institución, pero es que no sabemos qué más hacer. Hacemos lo que podemos y lo que nos dejan.
¿De quién es la culpa de esta situación?
Es compartida, pero principalmente de la Unión Europea.
¿Qué es lo que quiere Europa que los pescadores se oponen tan frontalmente?
Quiere acabar con los sectores primarios, a favor de terceros países africanos y latinoamericanos. Buscan que Europa sea un país idílico y ecológico, donde la gente normal consuma pescado de todo el mundo menos de aquí. Y si lo quieren de aquí, tendrá que ser de granjas, conocidas como piscifactorías. Este es el futuro que nos espera.
¿En qué se basa para decir esto?
Europa quiere reducir los días de trabajo de los pescadores. De hecho, ya ha empezado a hacerlo. De 200 días que podíamos salir a la mar, este año son unos 170, dejando a parte los días festivos y las vedas biológicas que, en el caso de la provincia de Tarragona, hacemos dos meses. Pero lo peor de todo está por venir. Quieren que sigamos reduciendo las jornadas laborales cada año. Ahora nos piden un 7,5% de días menos. Hemos hecho cálculos y nos sale que acabaremos trabajando cien días al año. Nadie, absolutamente nadie, puede vivir con la empresa cerrada más de la mitad del año. Pero esperaros, que hay más. Resulta que quieren revisar los milímetros de apertura de las redes con las que pescamos para que no capturemos peces pequeños. No somos el Atlántico, aquí no hay especies tan grandes. Y por último, y no menos importante, el nivel de inspecciones al que estamos sometidos. Cuando me llega una multa de tráfico de 300 euros me río. Aquí, una sanción para un pescador no baja de los cinco mil euros. He llegado a ver hasta de 25.000. Una locura.
¿Y por qué les multan?
Por todo. Por llevar pescado más pequeño de lo que marca la normativa, por tener redes grandes, por lo que quieras. Tratan mejor a los delincuentes que a nosotros.
¿De todas, cuál es la medida que sentencia de muerte al sector?
Sobre todo, la de la reducción de los días. No sale rentable ir a trabajar. Por no hablar del aumento del precio del gasoil, que también nos perjudica mucho.
¿Cuál es el objetivo de tanta restricción y tanta normativa?
Dicen que preservar el ecosistema marino. Pero no entienden que nosotros somos los primeros que velamos por él, ya que es nuestra única fuente de ingresos. Lo único que pedimos es que la administración busque un equilibrio entre los intereses de unos y de otros. Ahora mismo estamos en el precipicio, si nos siguen empujando, nos caemos.
¿Y ustedes, los pescadores, qué hacen para conservar el ecosistema marino?
Por ejemplo, tenemos mucho control de los horarios. Además, Tarragona es la única provincia de todo el Estado que hace veda dos meses al año, cobrando lo mínimo. Así lo hacemos desde los años 70. Y otra cosa muy importante: ejercemos de basureros del mar. No saben la cantidad de basura y de plásticos que recogemos cada día. Si eso no es procurar por el bien del mar…
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el sector para defender sus intereses?
Aquí siempre decimos un refrán: Cuando mi casa se pierde, se pierde todo. Y así nos sentimos. Vamos a por todas. Empezaremos con las pancartas. El problema es que, a menudo, nos sentimos solos en la lucha.
¿Hay amenaza de huelga?
Sí, creo que quieren parar dos días, el 12 y el 13 de diciembre. Todavía no está convocada la huelga. Deberíamos plantarnos delante de la subdelegación del gobierno, para hacer oír nuestra voz.
¿Qué pasará con el Serrallo y con la ciudad si la pesca acaba desapareciendo?
Que quedará un monumento o una placa conmemorativa en el lugar, que explicará que esto, en sus mejores momentos, era el barrio marítimo de la ciudad. Cuando desaparezcan las embarcaciones, ya nada tendrá sentido. El Serrallo será un antiguo barrio de pescadores.
¿Se sienten apoyados por las administraciones?
La Generalitat dice que aprieta, pero te digo una cosa, igual que piden cosas a cambio para dar apoyo a los presupuestos, también podrían reivindicar el futuro del sector primario de Catalunya. Y no lo hacen.
¿Y el Ayuntamiento?
Hace lo que puede, que es acompañarnos de la mano y abrirnos alguna que otra puerta.
¿Para hacernos una idea, cómo son las jornadas laborales de los pescadores y qué media de beneficio sacan?
Depende de muchos factores, pero, por ejemplo, ahora el arrastre está pasando un buen momento gracias al precio del pescado. Trabajan unas ocho horas y un marinero puede sacarse unos 1.500 euros mensuales. En el caso del cerco, la cosa es distinta. No salen si hace mal tiempo y últimamente se repite mucho. También trabajan unas 8 horas y he llegado a ver como ganan entre 50 y 100 euros al mes.
¿Perdona?
Sí, sí. Así es. La Confraria, en estos casos, intenta dar ayudas sociales, pero nuestra capacidad es la que es.
Cambiamos de tema. ¿A qué se debe esta subida del precio del pescado?
Hemos identificado que la subida llega con la pandemia. Yo creo que es porque, al no poder llevar pescado de fuera, se ha incrementado la demanda nacional, lo que ha hecho aumentar el precio. Y no es por nada, pero nuestros pescadores lo llevan perfecto y bonito. Pensar que actualmente la gamba de Tarragona es la más preciada del mediterráneo.
¿A cuánto se paga ahora un kilo de gamba grande, y a cuánto se pagaba hace dos años?
Ahora está llegando a los 150 euros, lo que deja entrever que para Navidad se pagará hasta 400 euros el kilo. Está disparada. Hace dos años, en esta época, se pagaba a 50 o 60 euros.
¿Por qué no hay pescado azul y, el poco que hay, no tiene el tamaño que se requiere para poderlo pescar?
Son varios factores, pero el más destacado es la gran cantidad de atunes que hay en nuestro litoral, y se lo comen todo. Primero los bancos de sardina y boquerón, pero después llegarán la merluza y otros. Algún día, quizás, un atún acaba comiéndose un bañista.
¿Y no las pueden capturar ustedes?
No. Está totalmente prohibido. Y nadie se atreve porque las multas son estratosféricas. Más vale coger un kilo de cocaína, que un atún de 300 kilos. Seguro que la multa es menor.