El 22 de septiembre del año pasado, un incendio forestal arrasaba 50,11 hectáreas, principalmente del término municipal de La Nou de Gaià y, en menor medida, en el de Vespella de Gaià y La Pobla de Montornès.
Ahora, se están acabando los trabajos de la tala de los árboles quemados en 32,4 hectáreas, pertenecientes a un solo propietario. Ello va a permitir la creación de una Zona de Estratègica de Prevenció, para que en el futuro los incendios no tengan tanto potencial para quemar y, a la vez, que se les pueda frenar antes.
Un acción potenciada desde el Departament d’Acció Climàtica, que ha hecho de mediador entre el dueño del terreno y la empresa que se encarga de realizar los trabajos.
Un plan global
Desde hace tiempo, la Generalitat está trabajando en el Pla de Prevenció d’Incendis (PPI), que abarca 25.189 hectáreas, desde el Francolí hasta la sierra del Montmell. Se trata de un espacio con mucha población y urbanizaciones aisladas, siendo la zona más habitada de la demarcación de Tarragona.
Por ello, se ha comenzado por este amplio espacio con el objetivo de realizar una planificación territorial y económica, donde se han diseñado y delimitado infraestructuras estratégicas y complementarias. También se han articulado las inversiones necesarias en materia de prevención de grandes incendios forestales, señalaba este viernes por la mañana el delegado del Govern de la Generalitat, Àngel Xifré.
Uno de los puntos que se contemplan en este plan –pendiente de la aprobación por parte del conseller ya que ya ha pasado la valoración ambiental estratégica– es la creación de estas franjas de protección. Una de ellas ya estaba previsto hacerla en esta zona ahora quemada.
Y se ha aprovechado buena parte de la superficie arrasada por el incendio del pasado mes de septiembre, concretamente 32,4 hectáreas del término de La Nou de Gaià perteneciente a un solo propietario. Aquel fuego tenia un potencial de 500 hectáreas y con viento del sur hubiera llegado a las 700.
Prevención en el macizo
Carlos Miranda, jefe de la Secció de Boscos de Tarragona del Departament d’Acció Climàtica, recordaba que tuvieron una reunión con los Ayuntamientos de La Nou y Salomó «para explicarles lo que tenemos planificado a nivel de prevención de incendios en el macizo forestal».
El objetivo es prevenir fuegos que puedan llegar a las 500 hectáreas. Después, a nivel municipal, con otros planes de prevención, «se tendría que rebajar el zoom» y que sean como máximo de 150. Una labor que se está haciendo actualmente.
Los trabajos en esta zona quemada comenzaron el pasado 20 de febrero y ya ha terminado la tala de los árboles. Ahora se están triturando para hacer astillas. Su destino serán granjas de la demarcación, que servirá para la calefacción. Se calculan que saldrán unas 3.800 toneladas. Inicialmente, se estuvo comprobando si sería rentable aprovechar la madera de los árboles para hacer palets. Finalmente se vio que no, porque la mayoría no son rectos.
Regeneración muy despacio
Después de la tala de pinos, ahora parece que el sotobosque se está regenerando pero muy poco a poco por la sequía. «En cambio, no están saliendo pinos. En parte no es malo, ya nos interesa, porque muchos por hectárea cuesta más de gestionar», aseguraba Miranda.
La actuación que se ha hecho en el bosque también ha permitido hacer franjas de auxiliares estratégicas en la carretera T-202 y la vía férrea. Las dos fueron atravesadas por el fuego. «Había árboles a punto de caer sobre la catenaria», indicaba. Tanto la Generalitat como Adif, titulares de las dos infraestructuras, agilizaron los trámites administrativos para que se pudiera trabajar en sus zonas de dominio.
El trabajo se ha hecho en el terreno de un solo propietario. «Cuando comenzó la tala, dueños de otras fincas también se interesados. Ahora están en conversaciones», apuntaba el jefe de la Secció de Boscos. También se ha aprovechado la presencia de las máquinas para cortar algunos árboles en algunas curvas donde había problemas de visibilidad –e incluso algún accidente– para mejorar la seguridad vial.
«Tenemos que hacer los deberes»
Por su parte, la alcaldesa de La Nou de Gaià, Josepa Figueras, recordó cuando conjuntamente con el alcalde de Salomó –los dos municipios afectados por la carretera T-202– acudieron a Boscos de la Generalitat para ver qué se podía hacer con la zona de bosque quemado. Reconoció que, a nivel municipal, «tenemos que hacer los deberes». Señalaba que acciones como la que se está llevando, en caso de otro incendio, «será más controlable».
Recordaba que, conjuntamente con El Catllar, Salomó, La Riera de Gaià y Vespella de Gaià, se ha activado la posibilidad de tener una ADF, que había quedado aparcado en los últimos años.
Por su parte, Xavier Ferrando, alcalde de Salomó, reconocía que «estamos partiendo del punto 0, porque no habíamos hechos nada» y que incendios como el ocurrido en septiembre «nos tiene que hacer estar atentos en materia de prevención». En cuanto a los deberes pendientes, señalaba que se tienen que adecuar los puntos de agua, arreglar caminos, acondicionar sus franjas perimetrales «y velar para que se cumplan las franjas de protección en carreteras y vía férrea».
