El aparato, anclado a la parte posterior de la bicicleta, simula una caja o una batería. Se trata, no obstante, de un completo sensor capaz de medir contaminantes como la partículas de dióxido de carbono o el dióxido de nitrógeno que se encuentran en el aire; así como la temperatura o la humedad. El dispositivo, que funciona íntegramente con energía solar, cuenta, además con un GPS.
El proyecto para diseñar dicho aparato ha sido impulsado por tres cooperativas: la barcelonesa Fem Procomuns, que trabaja en el ámbito del internet de las cosas con red abierta; la tarraconense l’Escamot, enfocada en la movilidad activa sostenible y Punt d’Accés, de Valls, proveedora de acceso a internet. Le bautizaron como el BICxO por las tres primeras letras de la palabra bicicleta y ‘xo’, en referencia a la ‘xarxa oberta internet de les coses’.
El proyecto ganó una subvención de la Federació de Cooperatives de Treball de Catalunya y, gracias a ello, han podido diseñar los primeros sensores que ya se han estado probando en el Camp de Tarragona.
Antenas de Wifi gratis
La información que generan dichos sensores se envía a una red de ‘antenas pasarela’. Esta red está abierta y cualquiera puede utilizarla para tener Wifi siempre que no haga un uso abusivo. Las antenas utilizan el protocolo LoRaWAN con ondas de radio de alta frecuencia y largo alcance.
Alber Papell, de la cooperativa l’Escamot, explica que algunas de estas antenas ya se han instalado en la Selva del Camp, un instituto de Reus, una escuela de Altafulla, en el barrio de Bonavista de Tarragona y en la propia sede de la cooperativa, también en Tarragona. Está pendiente la colocación en otros puntos tanto en la ciudad como en otros municipios. Los datos que se generen estarán en una plataforma de acceso libre.
Aunque se inició en el Camp de Tarragona, ahora el proyecto se está ampliando al Área Metropolitana de Barcelona. Para ello han conseguido también apoyo económico de la AMB. En el caso de Barcelona los sensores se están probando en empresas de ‘ecologística’ que usan la bicicleta para sus repartos.
Paralelamente han tenido sesiones con centros educativos del Camp de Tarragona y de Terres de l’Ebre para explicar cómo funciona.
Ahora que se ha conseguido desarrollar un dispositivo que funciona y que es fácil de poner y quitar de las bicicletas u otros vehículos, las cooperativas están evaluando maneras de fabricarlo y de extender su uso.
También esperan crear alianzas con entidades ambientalistas porque aunque no se trate de sensores homologados, si se consigue que los utilicen muchos usuarios, se podrá obtener un volumen de datos amplio que ofrezca información útil sobre los problemas de calidad del aire.
Próximamente el proyecto será presentado en Tarragona Impulsa de la mano de la Teulada, red de cooperativas de la ciudad de Tarragona.