Subir o bajar las escaleras mecánicas de la calle Vapor se ha convertido en una odisea para algunos de los vecinos de la zona durante las últimas semanas. Dos averías diferentes, una provocada por las lluvias torrenciales del pasado mes de noviembre –que inundó los fosos y afectó gravemente el sistema de control remoto– y otra afectación en el tramo más alto por unas piezas en mal estado, han afectado al servicio. El Ayuntamiento, consciente de la situación, ya ha arreglado el último tramo –el que más problemas estaba provocando– y ha tramitado de urgencia la reparación del sistema de control remoto de las escaleras.
Dolors Gómez, vecina de la calle Real, de 79 años, coge todos los días las escaleras para ir a comprar al mercado. «La mayoría de veces no funcionan del todo, vienen personas mayores y no pueden subir. A veces funciona un tramo, otro día no, a veces funciona el de subida, pero el de bajada no, va cambiando», lamenta. «Yo siempre llevo el carrito de la compra y suerte que hoy solo traigo cuatro cosas, pero cuando lo llevo lleno tengo que dar toda la vuelta por la plaza de toros», explica.
Pere y Anna viven frente de las escaleras, en la calle Vapor. La pareja ve desde su casa como a menudo viene el técnico, pero unas horas después dejan de funcionar. «Fallan muchísimo», comenta Anna.
Sistema remoto
Desde el episodio de lluvias torrenciales, el sistema remoto se ha estropeado y es un operario de la empresa el que pone en marcha las escaleras manualmente, pero cuando alguien aprieta el botón de parada forzosa, no es hasta que se recibe un aviso ciudadano que vuelve el técnico a ponerlas en marcha. El tramo de las escaleras mecánicas más elevado, que alcanza a la calle Doctor Zamenhof, estuvo dos semanas paralizado, aunque el problema se ha resuelto en los últimos días.
Josep es vecino de La Canonja, pero va a la Escola Oficial d’Idiomes y pasa dos veces a la semana por las escaleras. «Normalmente funcionan, pero siempre hay algún tramo que falla. La probabilidad de que algún tramo falle es alta», dice.
El episodio de lluvia torrencial que vivió Tarragona a causa de la dana a principios de noviembre inundó los fosos, causando afectaciones graves al sistema de control remoto de las escaleras, explican desde el Ayuntamiento. Tras drenar el agua, no fue hasta la semana pasada cuando la empresa de mantenimiento presentó los presupuestos de reparación de los daños ocasionados. El consistorio, dada la incidencia de estas instalaciones y los importantes plazos de entrega de los repuestos, ha tramitado por urgencia su reparación.
