Patricia Marquino (Miami Platja): «El IRPH me arruinó la vida»

Una hipoteca de 273.000 euros por una casa en Miami Platja. Patricia ha pagado 235.000 y aún debe 244.000: «Mientras las cuotas de los demás bajaban, la mía subía. Me engañaron»

13 octubre 2019 10:00 | Actualizado a 08 diciembre 2019 17:32
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Dice Patricia Marquino (41 años) que algunos días llegaba a dormir solo cuatro horas. «Me he pasado diez años trabajando y trabajando sin parar, cuando acababa de lo mío, de la peluquería, me iba a otra cosa. Casi no he tenido contacto con mi hija, que era pequeña durante este tiempo», cuenta.

Su hija tiene 13 años, los mismos que la hipoteca que firmó en 2006 y que ha sido una pesadilla, una espiral de deuda que casi la engulle por esas cuatro siglas que ahora todos conocen pero que para ella son familiares desde hace tiempo: IRPH (Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios).

«Yo no sabía lo que era el IRPH. Nadie me lo explicó. Solo me dijeron que esas eran las mejores condiciones posibles»

El reciente posicionamiento del abogado general del Tribunal de la Justicia Europea sobre este indicador pone el foco sobre el que puede ser un nuevo agravio al consumidor. Ni Patricia ni su madre, también titular de la hipoteca, sabían lo que era el IRPH cuando firmó. Ella es una más del millón de personas que, según una organización de consumidores, se han visto afectadas por ese indicador ampliamente usado en su día por las cajas pero también por los bancos. «Yo no sabía lo que era el IRPH. Nadie me lo explicó. Me dijeron que eran las mejores condiciones», recuerda ella.

La cercanía con el banco

Patricia tenía una peluquería en la Via Augusta de Tarragona. La oficina bancaria estaba justo al lado. «Los trabajadores del banco eran clientes, yo tenía contacto con ellos, nunca pensé que me fueran a engañar así», dice. En plena burbuja inmobiliaria firmó una hipoteca de 273.000 euros a 30 años, por una casa en Miami-Platja. «En principio tenía que pagar 1.450 euros de cuota, pero nunca aboné eso. El primer mes ya me venían 1.550 euros, que pagué todo un año. Y luego 1.650 euros, y hasta 1.800 al siguiente», rememora su drama. «Van pasando los años y veo que me va subiendo. Poco después llega la crisis, a mí me baja el negocio, de forma que me costaba mucho pagar».

«Mi cuota era de 1.800 euros cuando realmente debía estar pagando 800 o 900»

Todo ello, además, mientras comienza a ver que a los hipotecados con el euríbor les empezaba a descende la cuota. «Ella pagaba 1.800 euros por lo mismo que otros pagaban hasta la mitad, 800 o 900 euros», denuncia Mario López, miembro de la PAH en Tarragona, muy crítico: «Es verdad que nadie sabía que el euríbor iba a bajar tanto, pero no se puede mantener tanto tiempo un índice que está masacrando así a las familias. Es muchísimo dinero. No son 100 euros o 200 arriba o abajo. Es más», añade López.

Patricia dice que nunca nadie le explicó lo que era el IRPH ni mucho menos le planteó los diferentes escenarios ni las implicaciones de un índice u otro. Acabó acudiendo a un abogado cuando sintió tambores que alertaban del riesgo del IRPH. «Por entonces ya estaba muy perjudicada, porque había pagado muchos meses el doble de lo que realmente tenía que haber pagado. Fui al banco y me dijeron que este tipo de interés era mucho más estable, sí, ¡pero resulta que el otro había bajado brutalmente y todo el mundo había podido pagar su hipoteca! A mí nunca me dieron a elegir».

A todo esto, un nuevo inconveniente, como otro signo de los tiempos: la sucursal en cuestión cerró y «a la otra a la que fuimos nos decían que ‘bueno, que ellos no habrían hecho eso nunca’».

El banco sí le cambió finalmente una parte a euríbor. Cuando desapareció el IRPH Cajas, en 2013, le pusieron un tipo fijo «sin consultarme nada». Agravios sostenidos por ella, que arroja algunos cálculos contundentes. De los 273.000 euros de su hipoteca, que malpagó durante 12 años, había cubierto unos 235.000 euros… pero aún le quedan 244.000 por pagar, «todo ello por intereses», según relata ella. «Me hacían disposiciones de capital, que son como créditos personales, pero nunca acababa de amortizar», relata.

Lo peor son los padecimientos que hay detrás: Patricia, según cuenta, apenas faltó a su cita mensual con el abono de la hipoteca porque priorizó cumplir financieramente por delante de todo lo demás. «Mi madre estaba como titular de la hipoteca y siempre he tenido el miedo de dejar de pagar y de afectarla a ella, de que le embargaran la pensión. Así que dejaba de abonar los autónomos de mi negocio, a Hacienda, a la Seguridad Social, la luz…».

Acumulaba deudas, las pagaba con retraso y volvía a afrontar la hipoteca, en una vorágine que ha acabado con un agujero de 12.000 euros con Hacienda y episodios dolorosos. «Una vez no pagué la luz, sabiendo que al mes siguiente lo podría hacer pero con la cabeza en tantos sitios se me pasó la fecha del corte. Y me llegaron a cortar la luz en la peluquería, con dos clientas dentro. Me puse a llorar, llamé a la compañía, y hasta una clienta quería dejarme el dinero para pagar», relata.

Negociar una dación

Patricia pagó su hipoteca hasta hace un año, cuando empezó entonces una negociación con la entidad financiera que aún dura y que pretende acabar con una dación en pago –perder la propiedad de la casa a condición de que se le condone la deuda– y un alquiler social para seguir viviendo ahí.

El reciente dictamen de la UE abre la puerta a que miles de hipotecados puedan reclamar

Esa es su prioridad, pese a que el dictamen del abogado de Europa –al que debe seguir una sentencia próxima en la misma línea– haya abierto una puerta a la esperanza para muchos perjudicados como ella por ese indicador que no bajó como el euríbor y, sobre todo, que al no explicarse en algunos casos con total transparencia puede ser objeto de abusividad.

A Patricia, sin embargo, se le agota el tiempo. «Ya llevo 13 años y he perdido muchísimo dinero. Estoy demasiado arruinada como para poder esperar más, a la sentencia del año que viene, y luego a ir a la justicia, pagar abogados… Llevamos seis años con que si el IRPH es abusivo o no. No puedo esperar más», dice. Aunque sepa que aceptar la dación le supondrá perder el dinero invertido en su vivienda, prefiere acabar cuanto antes: «Lo que quiero es empezar de cero con un alquiler social. No puedo ni tener una tarjeta de crédito, no tengo nada a mi nombre y tiro de familia. No se puede vivir así. El IRPH me ha arruinado la vida. Quiero pasar página ya y empezar a reparar mis deudas».

Los bancos se aferran a analizar «caso por caso»

El abogado general del Tribunal de la UE ha abierto la puerta a analizar si el IRPH ha sido abusivo o poco transparente, pero las lecturas varían. Las patronales del sector bancario español, AEB y CECA, sostienen que el letrado «no considera nulo o abusivo ni el índice IRPH ni la cláusula que lo incorpora al contrato de préstamo». A su vez, defienden que «es un índice oficial publicado en el Boletín Oficial del Estado» y eso «permite presumir que a un consumidor medio le resulta relativamente fácil acceder a los sistemas de cálculo de los diferentes índices oficiales y comparar las diferentes opciones que ofrecen las entidades bancarias». Los bancos se aferran a que se analice «caso a caso».

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