Una pareja que en 2022 atracó una joyería de Tarragona y se apoderó de piezas valoradas en más de 111.000 euros ha sido condenada a cuatro años y cuatro meses de prisión como autora de un delito de robo con violencia en local abierto al público y con utilización de armas u objetos peligrosos, con la agravante de disfraz.
Tendrá que pagar a una de las empleadas 1.000 euros por las lesiones psicológicas causadas y 111.921,44 euros a la compañía de seguros del establecimiento, que indemnizó al mismo por el robo. Se decomisa el vehículo que utilizaron en el robo. Finalmente, una segunda mujer ha quedado absuelta porque desconocía lo que iban a hacer sus amigos.
Los dos condenados, en febrero de 2022, contactaron a través de las redes sociales y comenzaron una relación de amistad y sentimental.
El 10 de marzo, él se trasladó desde Galicia a Catalunya, empezando a residir en el domicilio de su novia, en Roda de Berà. Por aquellas fechas, en dicho domicilio, estaba provisionalmente una amiga de la acusada.
Planificar el asalto
La pareja planificó el robo en una joyería de la ciudad de Tarragona. Para efectuar una vigilancia previa, el día anterior al atraco, sobre las dos y media de la tarde, los tres acusados se desplazaron a Tarragona con el vehículo propiedad de la condenada, acercándose a la joyería, situada en el número 35 de la Rambla Nova.
El establecimiento dispone de cámaras de vigilancia, fácilmente detectables desde la acera. La pareja condenada se hizo acompañar de la amiga de la condenada, quien desconocía el propósito del viaje –el acusado le dijo que lo acompañara para buscar un regalo para la condenada–.
El acusado y la amiga de la condenada se acercaron a la joyería y miraron las vidrieras y el interior. El acusado llevaba la cara semicubierta por una mascarilla.
De vuelta a la joyería
Al día siguiente, a la una y media de la tarde, los dos condenados volvieron a Tarragona. El hombre iba en el asiento de detrás, disfrazándose de mujer. Tras pasar por la joyería, aparcaron el vehículo en la Rambla Vella. La mujer se quedó al volante, con el motor en marcha.
El hombre acudió a la tienda con pelo largo sin recoger, unas gafas de sol de mujer, un pañuelo femenino con flecos, una falda, maquillado, llevando muleta y con un bolso de mujer donde escondía una pistola negra simulada así como una barra de hierro para cambiar ruedas de coche.
Al llegar a la puerta de la joyería, una trabajadora le franqueó el paso suponiendo que se trataba de una clienta. Tras acceder al interior, el hombre trabó la puerta con la muleta y sacó la pistola y la llave de ruedas, amenazando a la empleada. Le exigió que abriera los cajones y escaparates donde estaban las joyas y los relojes Rolex. Pero la trabajadora le dijo que no disponía de la llave.
Otros empleados
La situación fue advertida por otros trabajadores que se encontraban en el interior. Una salió a la zona de venta al público para ver qué pasaba, después de decir a sus compañeras que llamaran al 112. El acusado amenazó con la pistola, gritos e insultos a esta segunda empleada para que abriese los cajones, mostrándose muy violento. Finalmente, logró que le abrieran los cajones y se apoderó de joyas y seis relojes Rolex.
Al marchar, se dejó la herramienta de cambiar ruedas. Sí que se llevó joyas de todo tipo: solitarios, alianzas, collares, dormilonas, anillos, medallas y pulseras.
En Madrid
Tras unos días encerrada en su casa de Roda de Berà sin salir, la pareja se trasladó a Madrid. El 23 de marzo, a las 12.30 horas, acudió a una joyería de la calle Mayor. Allí vendió uno de los relojes, por el que consiguió 6.000 euros, pagados con un anillo solitario de caballero de oro de circonita –valorado en 487 euro–, 1.000 en efectivo y un cheque nominativo a nombre del acusado por la suma de 4.513 euros.
El hombre fue detenido el 30 de marzo en la avenida President Companys de Tarragona –cerca de los Juzgados– y la acusada el mismo día a las 13.30 horas. Cuando los Mossos d’Esquadra registraron el vehículo hallaron 39.110 euros escondidos en el radio-cassete yla pistola simulada. También había 150 euros debajo del volante y un anillo de oro en un pantalón tejano.
En el bolso de la mujer fueron intervenidos 5.845 euros y en la billetera de él una tarjeta de la joyería de Madrid.