El color sigue protagonizando collares, pulseras, anillos y múltiples complementos entre las tendencias de primavera-verano 2021. Esta bisutería de inspiración DIY (Do It Yourself) es un ejemplo más de que las modas siempre vuelven. Los accesorios de cuentas y abalorios complementan, de nuevo, los looks más veraniegos. Encontramos las famosas bolitas de colores también en llaveros, cuelga-gafas, cuelga-mascarillas y cadenas para el móvil, adaptándose a las necesidades actuales.
De hecho, estos complementos resurgieron el año pasado. A raíz de la cuarentena por la Covid-19, buscar hobbies que fomentasen la creatividad fue una vía de escape generalizada, y hacer pulseras y collares se convirtió en una actividad ideal para realizar individualmente, en familia o con amigos. Su estética divertida y naíf es un plus para los amantes de la moda –encaja en el auge de los 2000– y, además, estas piezas de varios colores y formas nos permiten rememorar momentos de nuestra infancia. Como en el caso de la tarraconense Clara Marquiegui, muchas familias todavía recuerdan como una anécdota el «negocio» que hacían de estas pulseras cuando eran niños.
Otra universitaria de la ciudad, Neus Llaó, afirma que «le hacía ilusión volver a hacer lo que tanto le gustaba de pequeña», y que opta por hacérselas ella misma porque «puede reunirse en casa con sus amigas y hacer pulseras juntas». Y es que, a pesar del impacto comercial que han tenido en las grandes marcas, el accesorio estrella de este verano también puede tener mucho simbolismo si se intercambian o se regalan a otra persona. Marquiegui, por ejemplo, describe que sus amigos «lo aprecian mucho porque es un regalo simple, pero está muy cargado de ese ‘he pensado en ti y te he hecho una pulsera’». Si estos accesorios se han viralizado es porque muchas influencers han complementado sus looks con ellos. Es más, Llaó recuerda que «vio que ellas hacían publicidad de marcas que volvían a vender collares de bolitas y pensó ‘yo también quiero’». Otra estudiante tarraconense, Laia Cunillera también coincide en que «empezó después del confinamiento, porque ya eran tendencia».
Asimismo, añade que «en las páginas que se dedican a vender exclusivamente este tipo de complementos te pueden costar 15 euros y, en realidad, si los haces tú, te puede costar 3 o 4 euros y puedes hacer una cantidad enorme, todos de diferentes, con poco que hayas comprado».
El ‘smiley’ hippie, muy presente
Las elecciones más populares han sido las cuentas con el abecedario y el inconfundible smiley, el emoji propio del movimiento hippie. Muchas jóvenes optan ahora por la carita sonriente para expresar la falta de optimismo de la sociedad, y por las letras, que son ideales para personalizar al máximo un complemento con el nombre o alguna palabra inspiradora.
También, se han mantenido elementos más tradicionales: piezas redondas y cuadradas, abalorios de cristal o las cuentas de resina acrílica con motivos naturales.
Con este regreso, es innegable que el color siempre triunfará, ya sea entre los más pequeños o en las publicaciones de Instagram.