Trece años y cinco meses después de que el Ayuntamiento anunciase oficialmente el inicio de la formulación del Pla d’Ordenació Urbanística Municipal (POUM), la nueva hoja de ruta para el crecimiento de la ciudad todavía no ha visto la luz ni tiene perspectivas de hacerlo a corto plazo. Consultadas al respecto, fuentes municipales indican al Diari que el gobierno local se encuentra «esperando para la revisión del POUM», pendiente de que «se den los condicionantes con relación a normativas y planificaciones territoriales superiores que tendrán una incidencia directa en el planeamiento a nivel local».
Se refieren, en detalle, al «Pla Director Urbanístic del Camp de Tarragona, del cual en el pasado mandato se llevó a cabo el proceso participativo y al que hay que dar el impulso definitivo»; y a la «Llei de Territori, que debe tramitarse en el Parlament y que va a actualizar la Llei d’Urbanisme», tal como especifican las mismas fuentes.
La tramitación del POUM empezó en mayo de 2010 y quedó paralizada en los compases finales del mandato 2015-2019. El gobierno –integrado por CiU, ERC y Ara Reus– aludió entonces a dificultades por la «falta de consenso político» para seguir adelante, así como a cuestiones de «disponibilidad presupuestaria del Ayuntamiento para financiar los trabajos inherentes al Pla», la controversia sobre la utilidad real de esta herramienta o la «incertidumbre sobre algunas infraestructuras territoriales».
Ya en el arranque de 2021, la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, hizo pública la intención del ejecutivo de centrarse en el Pla Director del Camp de Tarragona y planes parciales. E indicó que el POUM se retomaría «posiblemente en algún punto del mandato siguiente», es decir, el que se inauguró este junio con PSC, ERC y Ara Reus.
Preguntadas por aquel compromiso, fuentes del Ayuntamiento rechazan aclarar si se mantiene o no en pie. Se limitan a remitir otra vez al Pla del Camp de Tarragona y a la Llei de Territori y reiteran que «los dos trabajos estarán directamente ligados al planeamiento urbanístico de Reus, por lo que se considera necesario y más adecuado esperar las conclusiones».
El calendario de revisión, vencido
Del nuevo POUM ya existe un avance, un esqueleto que fue definitivamente aprobado en 2012. Se presentó como un «documento genérico, que forma parte de la redacción del POUM, que pone de manifiesto las intenciones y los ejes principales del crecimiento y el desarrollo del municipio en al futuro». El avance fue llamado a «marcar los criterios a partir de los que se construirá el paradigma de ciudad deseado».
Se estructuró en cuatro ejes: reorientación del crecimiento, regeneración del tejido urbano, potenciación de la matriz agrícola y valores paisajísticos, y eficiencia en la movilidad. Y quedó asociado a algunos estudios como un Pla de Mobilitat Urbana o un Pla Local d’Habitatge actualmente superados. Coincidiendo con la confección del avance, se convocó un proceso participativo que cerró con 1.776 visitas a la web habilitada para esta finalidad –ya no disponible– y 63 sugerencias formuladas. De reanudarse la tramitación del POUM, todo indica que este avance debería, como mínimo, ponerse al día si no rehacerse de lleno.
Lo que rige ahora en Reus es el Pla General d’Ordenació Urbanística (PGOU), aprobado en marzo de 1999, con sus modificaciones puntuales. El mismo PGOU recoge, en su cuerpo, los supuestos de revisión, y precisa que esta procede «cuando se hayan cumplido 12 años de vigencia», «una vez que se haya urbanizado el 50% del suelo urbanizable programado» o ante planes directores territoriales o disposiciones de orden superior.
La oposición emplaza a activarse
Ya con el curso político en marcha, la oposición tiene puntos de vista diversos sobre la urgencia en la tramitación del POUM, aunque todos los grupos coinciden en que es momento de ponerse manos a la obra.
Desde Junts per Reus, el concejal Joan Carles Gavaldà recuerda que «pese a las modificaciones puntuales que se han hecho, estamos trabajando con las bases de una herramienta aprobada en 1999, que se desarrolló en los años noventa» y «ahora habría que instar a la Generalitat a que dé pasos adelante con la Llei de Territori para poder definir así debidamente el POUM».
Y es que «hay muchos ayuntamientos, entre ellos el de Reus, pendientes de ver cómo afectará», añade Gavaldà. Y apunta, igualmente, que «creemos que se deben comenzar a sentar las bases del POUM». Además, «si no empezamos a elaborarlo, cuando se publique la Llei de Territori tendremos cuatro años para aplicar planeamientos derivados que, de no estar ya definidos, podrían quedar invalidados».
Gavaldà defiende que «todas las cuestiones referentes a la redacción y definición del POUM tienen unos plazos largos, y pensamos que sería adecuado ponerse cuanto antes mejor. Por eso, tendríamos que abordarlo en este mandato». El avance «contiene muchos temas de análisis que se incorporaron y han quedado obsoletos», zanja.
Por su parte, Sílvia Virgili, portavoz del PP, sostiene que la elaboración del POUM «es algo que el PP ha reclamado siempre que ha estado». «Es necesario implementar ya uno definitivo de cara a los próximos 20 o 30 años porque lo que se está haciendo son simplemente parches», dice, y añade que «habría que definirlo y formalizarlo, y dejar de estar siempre con modificaciones».
Y Mònica Pàmies, al frente de la CUP, incide en que «queremos que se analice lo que hay, se modifique lo que no encaja y se estudien las necesidades. Se podría hacer mediante una comisión de trabajo». «Perdemos territorio, se están urbanizando zonas que deberían dejarse naturalizadas y ampliando polígonos cuando los hay que directamente están vacíos», destaca Pàmies. Y subraya que la CUP ha formulado alegaciones ante planes como los de La Hispània o los sectores del Camí del Roquís, el Barranc dels Capellans, Mas Sunyer o la Urbanització Mercader.
El experto> «Que Reus se ponga a ello sería razonable»
¿Cuándo debe tramitarse el POUM? ¿Es necesario? ¿Qué comporta no hacerlo? Robert Casadavall, profesor de Planejament Territorial i Urbanístic de la URV, responde. «Por sus dinámicas, Reus necesita una figura general, un POUM. De hecho, tiene un PGOU de 1999», apunta, y explica que «probablemente ya está en momento de revisarlo. Para un plan, 20 años es un periodo razonable. Ahora bien, el planeamiento no caduca y seguramente a la ciudad aún le queda suelo urbanizable». ¿Eso significa que no hay que revisarlo? «No, creo que sí que hay que hacerlo», señala Casadavall, que concreta que «no es tanto por insuficiencias del propio Pla como por dos temas: desde 1999 se han incorporado herramientas de lucha contra el cambio climático, de movilidad o vivienda; y la elaboración es larga. De todos modos, no hacerlo tampoco sería el fin del mundo».
¿Está perdiendo Reus por no disponer del POUM? El experto valora que «es como los presupuestos: tienes lo vigente. Y también está la figura de las modificaciones puntuales. Cuesta más, pero no significa quedarse desprotegido». ¿Qué hay que hacer con el avance de 2012? «Hay que empezarlo de nuevo. Hemos pasado una crisis, una pandemia y los escenarios demográficos y de vivienda son otros. El tiempo separa los caminos del Pla y la realidad», señala Casadavall. ¿Y esperar al Pla Director del Camp y la Llei de Territori? «El problema es que hace mucho que se habla de la Llei de Territori y hay municipios abordando su POUM pese al Pla. Vería razonable que Reus se pusiese a ello. No con urgencia, pero ponerse», concluye.