El Ayuntamiento, a través del Pla d’Envelliment Actiu i Saludable de Reus (2022-2026), estudiará, entre otras 75 acciones, la posibilidad de crear hogares compartidos entre personas mayores. La finalidad de la iniciativa, que cuenta como entidad colaboradora a SeniorLab, busca evitar el aislamiento de la gente mayor, disminuir sus gastos en la vivienda, fortalecer las relaciones sociales entre los que comparten piso y potenciar el también llamado ‘envejecimiento activo’. La acción que se proyecta en el documento municipal consiste en impulsar un estudio exploratorio, principalmente, sobre la opción de crear un hogar de este tipo.
Sobre la idea, hay partidarios y detractores. Hay entidades que encuentran que puede ser «una solución para personas que se han quedado viudas y pueden vivir acompañadas con otras personas con las que se lleven bien» y otras que piensan que «si la persona tiene familiares, querrá mantener su independencia».
La coordinadora en la provincia de Tarragona de Amics de la Gent Gran, Magda Civit, valora positivamente que exista un plan en el que se articulen políticas de envejecimiento activo en la capital del Baix Camp. Desde la entidad a la que Civit representa, luchan contra la soledad no deseada y el aislamiento social de las personas mayores. Por ello, encuentra que la iniciativa de compartir piso entre mayores (término conocido en inglés como cohousing) podría ser «muy beneficiosa». «Conocemos muchos casos de personas mayores que se quedan solas al enviudar y que se estudie para que, en un futuro hipotético, pudiera regularse, sería interesante», añade la responsable de los Amics de la Gent Gran en el territorio. Conoce ejemplos de personas que, al conocer a otra con la que se llevan bien, han probado a convivir. A bote pronto, «supone una idea que potenciaría la autonomía de muchos mayores, siempre y cuando se valgan por sí mismos y se haya hecho una buena selección de personas con las que convivir».
La presidenta de la asociación de vecinos (AV) del barrio La Pastoreta, Puri Flores, tercia que «nos parece muy bien esto de compartir piso, la gente no quiere estar en una asilo, sino estar acompañada». También concreta, sobre el plan municipal, que «realmente será bueno para la ciudadanía si se promueve la coordinación entre departamentos, si vela por el bienestar de la gente mayor de forma efectiva». Flores recuerda que las asociaciones hacen «lo que pueden por estar pendientes de la gente mayor, la hay muy confiada y muy desconfiada».
Por su parte, el presidente vecinal del barrio Monestir y representante de la Associació de la Gent Gran, Alfonso Berbel, se muestra reticente con los hogares compartidos para mayores: «La gente mayor es muy suya, convencer a personas que hace mucho que viven solas es muy complicado».
Las barreras
Otra de las acciones que plantea el Pla d’Envelliment Actiu i Saludable es dar apoyo técnico a las comunidades de vecinos que necesiten financiación para hacer accesibles sus edificios, ya sea eliminando barreras arquitectónicas o colocando ascensores. Sobre esta acción, Berbel cuenta que «la gran mayoría de comunidades ya han dado el paso con este asunto». «A no ser que sean muy antiguas, hay muchas que ya han realizado actuaciones». Sobre hacer más accesibles los edificios, Civit explica que, «con una población cada vez más envejecida, deberíamos trabajar más en procurarnos una vida más cómoda». «Todos envejeceremos y hay que hacer más pedagogía a la ciudadanía sobre este tema», apunta Civit.
Iniciativas como el programa de actividades para gente mayor ‘Grantivisme’ promueve el envejecimiento saludable y Civit expresa que «he notado que la gente se ha animado mucho más a raíz de que se impulsen actividades como estas». La coordinadora de los Amics de la Gent Gran, sostiene que, «cada vez hay más gente que opta por prejubilarse y a los 60 son aún jóvenes para hacer muchas cosas». «Nosotros incentivamos a los más mayores que se animen con el voluntariado, que es algo que te mantiene de lo más activo», reconoce la representante de la entidad. Sobre el voluntariado, el plan incluye una acción que promueve la realización de talleres de sensibilización sobre la importancia de hacer voluntariado. «En nuestra AV del barrio Monestir, contamos con profesores que, por muy poco, vienen a hacer actividades, eso los vecinos más mayores te lo agradecen», indica Berbel.
Una de las necesidades que se hace evidente a través de la formulación de acciones en el documento municipal es la conexión mediante autobús de los barrios periféricos. El Ayuntamiento se marca estudiar, en este caso, la frecuencia y paradas existentes para detectar puntos posibles en los que intervenir o mejorar. Civit apunta sobre este tema que, «con los mayores, hay que tener mucha más empatía que la que se tiene». «En los autobuses, hay que estar pendientes de ellos, porque son más vulnerables y pueden caerse». Berbel coincide con Civit: «Hay poca sensibilidad con la gente mayor».