«Hay algunos carriles bici que no están en buenas condiciones, que tienen baches. Y muchos no sirven para transitarlos en patines, aunque también nos toca poder hacerlo», se queja Josep Maria Alcover, presidente de la asociación Reus Patina.
El grupo sale cada semana a recorrer la ciudad y encuentra, a menudo, dificultades en sus rutas. «Reus es un lugar de patinadores, con una histórica trayectoria de hockey y de afición, y no puede ser que no tenga carriles más o menos decentes para quien quiera utilizarlos en patines», añade Alcover, que incide en que un volumen relevante de estos no están adaptados.
Los problemas son diversos. Por un lado, «hay puntos en los que el asfalto está deteriorado, con agujeros, y las bicis pasan por encima pero las ruedas de los patines se atascan». Por el otro, «algunos tramos, se han construido encima de lo que antes era aparcamiento de coches y están irregulares. Yo mismo me caí en el de Marià Fortuny», relata Alcover.
Y señala que los obstáculos se hacen manifiestos en carriles más antiguos, como los de los paseos, pero también están presentes en otros recientes, como el que une la plaza del Canal y la de Europa. «Tenemos derecho a disfrutarlos», reivindica.
La red continuará expandiéndose
La red de carriles bici seguirá creciendo. Lo hará hacia el sur y hacia el oeste, con nuevos tramos. Los siguientes en desplegarse se encajarán en la calle Recasens i Mercadé, que discurre frente al estadio municipal de fútbol, en el polígono AgroReus; y en la calle Astorga, en el contexto del macroproyecto de movilidad del Eix Astorga.
En el primer caso, una de las finalidades del futuro carril bici es aportar más soluciones de movilidad a esa zona, en la que las empresas y la Associació de Polígons Industrials de Reus (APIR) han pedido, en varias ocasiones, ampliar las opciones para sus trabajadores.