El gobierno de Reus ha iniciado labores de revisión de una serie de tramos de carril bici para comprobar si su configuración podría dar pie a situaciones de inseguridad.
Así lo explicó la alcaldesa, Sandra Guaita, en el balance de los primeros 100 días de mandato: «Se están analizando algunos carriles bici puntuales –no la totalidad del despliegue de carriles– en los que se puede generar alguna inseguridad a las personas que circulan por el propio carril, a los peatones o al tráfico rodado», señaló, y subrayó que la cuestión está en estos momentos «en estudio».
En este sentido, lo primero que ha hecho el ejecutivo local, tal como detallan fuentes municipales, ha sido solicitar que se cuantifique el coste de modificar los trazados en los que fuese necesario intervenir. Y es que la revisión incide especialmente en las rotondas y en la manera en que se articulan los carriles que las resiguen, aunque también aborda residualmente otras casuísticas. El Ayuntamiento no afina qué tramos se están mirando.
Lo que se baraja son modificaciones que incrementasen la seguridad de todos. En el caso concreto de las glorietas, la opción sería reconducir las bicis hacia los pasos de peatones más cercanos. De cualquier forma, en la misma intervención, Guaita defendió la labor del gobierno y de las empresas en la implantación de la red ciclable, en plena expansión.
Los carriles en rotondas resultaron ser un foco de desconcierto desde el inicio. Hace apenas dos meses, en un reportaje a pie de calle, este rotativo ya recogió el punto de vista de ciclistas que señalaban que «en las glorietas, nadie sabe bien qué tiene que hacer ni por dónde tiene que ir. Aunque no debería ser así, nadie conoce las normas. Y, en bici, si te dan un golpe te hacen daño». Otros expresaban que «es bueno que haya carriles, pero deben estar bien habilitados» y se quejaban de que «falta pedagogía».
También quienes usan patines o patinetes emplean los carriles bici. El presidente de Reus Patina, Josep Maria Alcover, constata que «como patinador, como conductor y como peatón, las rotondas me parecen lo más peligroso». Y precisa que «el momento en que el patinete atraviesa la parte por donde los coches y los buses salen de la glorieta es arriesgado; quedan a la derecha, en ángulo muerto y no se les ve».
Ante esto, «en mi caso, yo prefiero pararme», explica, e incide en que «el civismo es la base de todo». En este contexto, «si miran y mejoran las rotondas, genial, porque seguramente es necesario», añade Alcover, que destaca otros avances: «En la avenida de Sant Bernat Calvó, se repararon baches que había en el suelo y que eran muy molestos».
En una entrevista concedida antes de la investidura, Guaita había expresado ya que «apostamos por los carriles bici, pero hay puntos donde generan inseguridad al peatón, al ciclista, al que va en patinete y a los vehículos. Repensaremos algunos. Ya hemos hablado con ayuntamientos que tienen salidas de las rotondas de otra forma». Habrá que ver, ahora, qué resultados arroja esta revisión, si el Ayuntamiento acaba aplicando ajustes en la red y de qué forma.