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Los vecinos de Mas Pellicer de Reus lamentan que las cámaras no disuadan a los incívicos

El Casal Cívic Reus-Sant Josep Obrer estrenará nuevos servicios de vigilancia para «proteger» el entorno comunitario. La entidad vecinal cree que un vigilante siempre da «más seguridad»

07 septiembre 2022 19:46 | Actualizado a 08 septiembre 2022 07:00
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La percepción de seguridad es «importante, hay que tenerla en cuenta», exponen desde la asociación de vecinos Primer de Maig. Los vecinos de Mas Pellicer hacen balance de las cámaras de videovigilancia, las cuales «no disuaden a los incívicos». El presidente de la entidad vecinal, Eduardo Navas, recuerda que tiempo atrás los vecinos del entorno del Centre Cívic Mas Abelló presenciaron episodios incívicos, con restos de botellas, jeringuillas y preservativos en la plaza de alrededor del equipamiento e insiste, por ello, que reabra la comisaría de proximidad de la Guàrdia Urbana y que haya patrullas a pie. Las actitudes que ponen en riesgo la seguridad de los vecinos o el mobiliario urbano «siempre se producen entre la tarde y la noche». Por ello, Navas recalca que la «reclamación habitual» de la patrulla a pie se repite porque «aún no se ha hecho nada al respecto» y añade que las comisarías externas de movilidad permanecen «muy poco tiempo» en el barrio.

Mas Abelló fue la primera zona en la que se ubicaron cámaras de videovigilancia en la ciudad. «Están colocadas en la parte residencial más antigua y el resultado es que los actos delictivos siguen ocurriendo; al menos, las cámaras permanecen en buen estado, pero no detienen la inseguridad que se genera, todo depende de quien está tras el monitor», completa el representante vecinal. En materia de seguridad comunitaria, por otro lado, el Casal Cívic (CC) Reus-Sant Josep Obrer de Reus, cuya titularidad pertenece a la Generalitat, estrenará de forma inminente nuevos servicios de vigilancia.

El pasado viernes se adjudicó la contratación de los servicios a la empresa Medol Protection S.L. y se sacó a concurso público con el objetivo de «beneficiar no solo los usuarios del equipamiento, sino también el conjunto de la sociedad, en tanto en cuanto se contribuye a proteger el entorno comunitario», expuso el Departament de Drets Socials en el informe de la propuesta de contratación.

«Que sigan colocando vigilantes de forma periódica (el CC ha tenido varias veces), siempre es positivo, da más seguridad a las personas que trabajan allí», expresa el presidente de la asociación de vecinos Primer de Maig. Los vecinos de la zona expresan que llevan a cabo «numerosas actividades» en el equipamiento y que después de tantos años –está en activo desde el 1993–, están «muy satisfechos» con él.

Señala, además, que se le saca «mucho partido» al espacio comunitario: «Hay cinco actividades que realizamos desde la asociación de vecinos y luego hay iniciativas propias del CC, así como un espacio en el que acuden familias para cuestiones administrativas».

La plaza Mas Pellicer, en la que está ubicado el CC Reus-Sant Josep Obrer, no está considerada como conflictiva por los vecinos, pero «no hay ningún punto de la zona que quede excluído de posibles situaciones de conflicto o actos incívicos», reconoce el representante vecinal.

El despliegue de videovigilancia

A raíz de colocar cámaras en Mas Abelló alrededor del 2017, más adelante, entre 2019 y 2020, el Ayuntamiento quiso reforzar la seguridad en la vía pública con una mayor presencia de cámaras en siete puntos más de Reus: el Passatge de la Mare de Déu de la Macarena, calle de la Sardana y plaza Comte de Reus, plaza Teresa Miquel i Pàmies, plaza de la Cultura de la Pau, plaza d’Anton Borrell, la Pista Esportiva de la calle Llorenç Milans del Bosch y la calle de Jesús y la del Vent. Todo ello, se ha ido planteado en distintas fases y a día de hoy están por la tercera y siguen quedando pendientes las cámaras de la cuarta, es decir, la plaza de la Cultura de la Pau, la de la Patacada, la del Baluard y la de Anton Borrell.

Ya en mayo, el Diari se hizo eco de que aún se espera la colocación de los dispositivos, pero que aún se tienen que sacar a concurso. Ya por entonces, fuentes municipales indicaron que se había priorizado todas las licitaciones vinculadas a los fondos europeos Next Generation. Cabe decir, también, que hay cámaras que no forman parte del despliegue del plan de videovigilancia inicial, sino de otros proyectos urbanísticos, como el de la transformación de la plaza del Víctor, entre otros.

La concejala de Seguretat, Dolors Vázquez, explica sobre el tema que avanzan en el despliegue del plan de videovigilancia porque el sistema de grabación mediante cámaras en la vía pública y en equipamientos municipales es «un valor añadido y un complemento al servicio de patrullaje de proximidad». Las cámaras ayudan «a aumentar la sensación de seguridad del vecindario, son un elemento disuasorio muy importante» en el ámbito de la seguridad ciudadana y «complementan el servicio de proximidad de la Guàrdia Urbana», prosigue la edil, quien describe además que «son una herramienta que funciona muy bien y que nos ayuda mucho». Ahora continúan trabajando en el despliegue del Pla de Videovigilància, «ultimando los proyectos para sacar adelante la licitación de la cuarta fase», concreta ella.

Vecinos de barrios que han ido acogiendo cámaras, han destacado que algo «muy efectivo» es tener hilo directo con el cuerpo de seguridad municipal, que agentes atiendan directamente a representantes vecinales por teléfono, por ejemplo, es algo que las entidades vecinales celebran, y encuentran que «todo se soluciona rápidamente».

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