Demorados durante años, sin acabar, con un resultado diferente al previsto o vandalizados y a la espera de reparaciones. Así se han visto algunos de los proyectos que los vecinos de Reus, con sus propuestas y votos, encargaron al Ayuntamiento de Reus a través de los Pressupostos Participatius de 2018 y 2019. Ahora que el gobierno acaba de poner en marcha una nueva convocatoria de este sistema que permite a la ciudadanía decidir la asignación de recursos públicos, dotada con un millón de euros, afloran las iniciativas de anteriores ediciones que no llegaron a buen puerto.
El parque de familias (395 votos, 150.000 euros), cuyas barbacoas fueron destrozadas y aún no se han repuesto; la plaza de Antoni Correig i Massó (317 votos, 120.000 euros), que se aprobó en 2019, comenzó obras en abril de 2022 y levanta quejas vecinales por los acabados; o el sistema de desagües del Parc del Trenet (177 votos, 25.000 euros), sin empezar pese a las frecuentes inundaciones, son algunos ejemplos.
Pero no son los únicos. En el cierre de los jardines de la Festa Major y el seguici Festiu, se licitó inicialmente solo uno de los dos espacios; y en la calle Astorga, los pasos de cebra se apagaron después de que alguien arrancase el cableado colocado a la vista.
Sus impulsores lamentan que el fruto de estas iniciativas haya quedado lejos de lo que plantearon o todavía no se haya visto. Piden la implicación de todos, teniendo en cuenta que «una herramienta como los Pressupostos es valiosa y podría servir de mucho». Hasta hoy, los Participatius han dado luz verde a 27 ideas con 1,5 millones de euros.
Hasta 27 iniciativas han recibido luz verde, votadas por los vecinos, en los dos anteriores lanzamientos de Pressupostos Participatius
«El parque de familias se inaugurará el 2 de noviembre», explica Ana García, quien formuló la propuesta que ha permitido crear esta nueva área de ocio para pequeños y mayores en AgroReus. «El Ayuntamiento ha puesto una cancha, asientos, ha recuperado las mesas y es excelente, aunque está la lástima haber perdido las barbacoas», añade.
Y es que el parque de familias ha sido una de las intervenciones más exitosas en cuanto a aceptación ciudadana. Antes de que estuviese listo, la gente ya lo usaba y no hay fin de semana en que no se llene. Pero una noche, a principios de este 2022, alguien arrancó parrillas y ladrillos, partió el mobiliario de picnic y dejó el lugar inutilizable. El Ayuntamiento anunció que buscaría un sistema más robusto para recuperar los fogones, pero finalmente parece que no se substituirán.
García se siente orgullosa del parque porque «a todo el mundo le ha gustado y lo disfruta». Sin embargo, recuerda que «los movimientos de tierras, al principio, complicaron el resto y así no dio para hacer algunas de las ideas que había, pero las volveremos a solicitar a través de los nuevos Pressupostos». «Fue una pena que no se construyera cuando tocaba y, una vez listo, van y lo rompen todo», critica.
Esperas y descontento
El caso de la plaza Antoni Correig i Massó es diferente. Allí, el objetivo de la intervención era «revalorizar y consolidar el espacio público que usan los vecinos para transformarlo en accesible e inclusivo para personas con diversidad funcional», según anunció el Ayuntamiento. Preguntado sobre el rumbo de la plaza, el impulsor de la reforma Jordi Clua denuncia que, «desde que el proyecto ganó, estuvimos más de tres años aguardando para que se pudiese llevar a cabo».
«Además, las obras no se han realizado bien; están mal y así se quedarán para siempre», subraya. Y es que, según comenta «el suelo de caucho que se instaló no ha quedado llano, tuvieron que cambiar los columpios porque no eran los que correspondían y hay zonas irregulares». «La división entre las diferentes áreas de juego se trazó en un parte con hormigón impactado y en la otra con cemento, y ni siquiera las líneas que las delimitan están rectas», expresa.
Clua se queja de que «yo avisaba, pero han hecho lo que han querido». Y recuerda que «las tareas iban a trompicones: avanzaban muchísimo en quince días y luego se paralizaban». «En resumen», dice, «todo en la plaza ha sido tarde y mal».
Cerca de 1,5 millones de euros es lo que ha dedicado el Ayuntamiento hasta ahora a este sistema que permite a la ciudadanía asignar recursos públicos
No demasiado lejos de allí, en el Parc del Trenet, siguen esperando a que se ejecuten mejoras en el suelo y el sistema de desagüe. La semana pasada, durante la celebración de las fiestas de la Associació de Veïns El Santuari, el parque quedó anegado por el agua de lluvia y los organizadores tuvieron que achicar con cubos y escobas. El presidente de la entidad, Ramón Palmerín, es claro: «Hace como cuatro años que lo pedimos, se nos aprobó y no se ha hecho nada».
«No es normal que algo así se arrastre tanto tiempo porque el parque es un sitio para la gente, que no puede usarlo cuando se inunda», valora.
Pese a todo, el Santuari no ceja en su empeño de poner al día el Parc del Trenet. Palmerín avanza que «como han vuelto a convocar los Pressupostos Participatius, pediremos algo más». La Associació de Veïns piensa en proponer que la plaza se dote de lavabos públicos porque «si hay algún evento o cuando circula el tren, hacen falta».
«Es mejorable, ya tomamos nota»
Consultada al respecto, la concejala de Participació, Montserrat Flores, indica que «el proyecto del Parc del Trenet no se ha descartado, se hará y se seguirá con los proponientes». Sobre el parque de familias, especifica que «la obra se realizó y, si la hubiésemos inaugurado en ese momento, las barbacoas serían una cuestión posterior». Las parrillas, por ahora, «no se volverán a poner», aunque «si más adelante se halla la fórmula, se tendrá presente». Y en Correig i Massó, «hubo un proceso que se recondujo».
Flores admite que «las ediciones pasadas son mejorables, tomamos nota y hay una comisión que se ocupa», aunque «no hacer un balance positivo desvirtuaría todo lo que ha ido bien».