La prostitución «sigue presente» en Reus

Los vecinos de la zona sur de la ciudad también se quejan de la inseguridad generada por peleas en las que pueden llegar «destrozar coches»

04 diciembre 2021 18:00 | Actualizado a 05 diciembre 2021 11:50
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Los vecinos de la zona sur de la capital del Baix Camp vuelven a quejarse de la presencia de prostitutas. Desde el barrio Fortuny explican, por ejemplo, que ha observado «un repunte» y otros representantes vecinales de la zona también consultados dicen que «ni por la llegada de la Covid han cesado la actividad». Rememoran los periodos estivales, cuando «hay mucha más actividad, pero ya sea en invierno o en cualquier momento del año el asunto sigue presente, no se ha pausado», dicen.

Parcel·les Cases es una de las zonas «más conflictivas» –expone la vocal más veterana de la asociación vecinal, Isabel Moreno– «ya en el núcleo del barrio les prohibimos que entren, pero la calle Comandant Sugranyes es donde se concentran, somos conscientes de que la Guàrdia Urbana trabaja todo lo que puede, pero es una problemática que se tiene que llevar a una esfera política superior, puesto que desde el ámbito municipal ya se hace todo lo que se puede; nosotros, en el barrio, tenemos teléfonos directos con el cuerpo de seguridad, están siempre ahí», resume. Nombra la tarea que hace la concejalía que lidera la edil Montserrat Caelles, Relacions Cíviques, y la de Montserrat Vilella, Benestar Social. «Sabemos que trabajan, pero hay muchas acciones que se tienen que llevar hasta la Generalitat. Encontramos que no hay interés político por mejorar las condiciones laborales de estas mujeres que ejercen el oficio, y en pandemia no ha parado ninguna», señala.

Moreno lleva «toda la vida al frente de la asociación vecinal, incluso antes de que ésta se constituyera, ya lo estaba, y de ese trámite para formalizar legalmente su creación hace 13 años, aproximadamente», acota. Ha visto evolucionar el área que comprende Parcel·les Cases. «Los barrios Fortuny y Juroca son otros dos focos en los que, también, se instalan prostitutas», recuerda. A pesar de que su actividad «en invierno disminuye, pero las seguimos viendo, esto ha pasado siempre», indica. Establece, por otro lado, que hay dos Reus, «el del centro, donde jamás las verás, y la periferia; nuestra zona es tan importante como cualquier otra».

Más allá de la ubicación de la avenida de Salou, la calle Flix es otro punto en el que «alguna prostituta se coloca, cerca del supermercado Aldi; el problema es cuando tienen conductas incívicas con la gente de a pie, sé que hay gente, sobre todo chicas, que cambian de ruta para no coincidir con alguna meretriz, pues a veces las increpan al pasar por delante para ir a comprar, piensan que les quitan el trabajo», relata. Es habitual, prosigue, que a pie de calle se promocionen servicios, también.

Moreno insiste en que las mujeres tienen que «ser defendidas, que con la cantidad de asociaciones que velan por los intereses de las mujeres, se las debería de ayudar; están muy expuestas», propone. De hecho, explica que los vecinos y las vecinas de la zona han llegado a ver gente amenazándose, peleándose generando mucho ruido e incluso «se han sacado cuchillos, llega un momento en que también destrozan coches y eso genera un clima de inseguridad que te hace temer, por si tienes niños pequeños en casa y no quieres que vean ese tipo de situaciones». La presidenta de la Associació d’Amics del Barri Fortuny, Pepita Roig, también secunda a Moreno. Destaca, una vez más, que se suelen concentrar en los mismos puntos y que su presencia no es que haya ido al alza, «simplemente es que siguen aquí, al pasar con el coche es habitual verlas por aquí». Expone, por otro lado, que están a la vista de los niñas y niñas que pueden pasar por allí.

Por su parte, la presidenta de la Associació de Veïns del Barri Fortuny, Cori Balanyà, sí que habla de que han notado más asiduidad. «Hemos notado cierto repunte en comparación con lo que habíamos llegado a ver a raíz de la pandemia. Genera incomodidad sobre todo», describe. Desde el barrio Montserrat, el presidente de la asociación vecinal, Domingo Martínez, valora que «si no cambian sus condiciones de trabajo, su situación no cambiará».

Fuentes municipales consultadas por el asunto apuntan que la Guàrdia Urbana trabaja «de manera continua para evitar la prostitución y las molestias que genera en la zona». «Lo hace desde la policía de proximidad, con contacto permanente con los vecinos; y lo hace con controles periódicos de tráfico, de seguridad ciudadanos y de civismo para disuadir tanto la prostitución como los clientes», completan dichas fuentes.

Comparaciones

A modo de recordatorio y como publicó el Diari a finales de agosto de este año, la Guàrdia Urbana levantó en lo que iba de año por entonces 68 actas por ofrecer o solicitar sexo en las calles de la capital del Baix Camp. La cifra significaba un repunte en comparación con lo registrado el año pasado y convertía en algo factible un posible repunte respecto a 2019, con un centenar de actas obtenidas.

Más allá de la periferia, también se han recogido quejas vecinales en este medio relacionadas con la prostitución en zonas como la plaza Comte de Reus. En abril de este año, vecinos residentes de dicho lugar pedían «soluciones», como reforzar la presencia policial, a la inseguridad por varios casos en los que también había problemáticas vinculadas con «las drogas, gente borracha y las consecuentes peleas», manifestaron entonces algunos ciudadanos, que prefirieron mantenerse en el anonimato.

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