Cada vez que descorchamos una buena botella de vino nos enfrentamos a una experiencia única. El proceso de elaboración por el que ha pasado hasta llegar a nuestra copa es complejo y lleno de detalles. Es por este motivo, que nada mejor que acudir a una cata de vinos Lleida para aprender a apreciar todos los matices de esa maravillosa bebida que tenemos ante nosotros.
Y es que, no hay mejor lugar que la bodega Mas Blanch i Jové para realizar una buena cata de sus magníficos caldos. Una rápida búsqueda en internet por costers del segre bodegas hará que nos demos cuenta de que una de las mejores bodegas de esta denominación de origen es la de Mas Blanch i Jové.
En esta bodega catalana, ubicada en Lleida, tienen una amplia oferta de catas, gracias a las cuales nos introduciremos en el mundo enológico y aprenderemos a distinguir todos esos matices que hay en cada copa de vino.
A continuación, y de manera muy resumida, enumeramos las tres fases principales que nos enseñarán en sus magníficas catas de vinos.
Fase visual
En esta primera fase se sirve un poco de vino en la copa. A continuación, tomamos la copa por la base o por el tallo, para no calentar el vino y la inclinamos unos 45 grados aproximadamente sobre un fondo blanco. Puede ser un folio con algún texto.
Aquí es donde observaremos el color del vino y nos dará una idea de la edad que tiene. La densidad del mismo, lo cual nos dice la concentración de alcohol y si el vino es de capa alta o capa baja, según podamos ver el texto del folio o no a través de él.
Fase olfativa
Como su nombre indica, aquí vamos a oler el vino. En un primer lugar sin agitarlo, de esta forma identificamos los principales olores del mismo.
A continuación, lo agitamos un poco para intentar adivinar los olores secundarios. Y, por último, deberemos agitarlo vigorosamente para ver si somos capaces de saber cuáles son los aromas terciarios, los cuales no son nada sencillos de localizar.
La fase olfativa es cuestión de práctica y de ser capaces de entrenar a nuestra nariz para que consiga distinguir los distintos aromas.
Fase gustativa
Y ahora viene lo bueno, lo que más nos gusta. Probar el vino, pero cuidado, hagámoslo con delicadeza y siguiendo los consejos del enólogo que imparte la cata.
En este momento debemos llevarnos el vino a la boca y jugar un poco con él para conseguir identificar el sabor salado, dulce, ácido y amargo. Un vino que tenga estos cuatro sabores bien equilibrados será un vino de calidad.
Posteriormente deberemos intentar identificar su textura. Si es sedoso, aterciopelado, áspero, etc.
Por último, tragaremos el vino para evaluar el final que nos ha dejado y la sensación que nos ha producido.
Así que no lo dudéis, si estás pensando en profundizar un poco más en el mundo de la enología, disfrutar de cada copa de vino y aprender a distinguir todos esos olores, texturas y sabores que hacen que cada vino sea diferente, acude a una de las espectaculares catas de vinos de la bodega Mas Blanch i Jové ubicada en Lleida.