Hace nueve años, en una tormenta de ideas para renovar el anuario, Xavi Fernández lanzó una que se ha revelado luminosa: la Bona Gent de Tarragona. La iniciativa se ha consolidado, como es muestra la gala de entrega de premios en Salou con 400 asistentes.
Cansada de malas noticias, la gente agradece las buenas. Es lo que hace Xavi: recopilar acontecimientos positivos, y proponer a los lectores que los voten. El triunfo es del amor. Sea el ejemplo de vida de un joven enfermo, el de luchadores por mejorar los trenes, el amor a la naturaleza cuidando nidos de tortuga o el valor de un turista alemán que entregó su vida en un salvamento.
Me conmueve una foto entre tantas: Raquel Sánchez-Friera entregando un premio póstumo a la familia de Kevin Seipp.