Además del Arzobispo de Tarragona, tengo otro como ivarsense: el de la Seu d’Urgell, al que pertenece mi pueblo. Así que me alegra saber que Macron ha concedido a Mons. Joan-Enric Vives la distinción de Gran Oficial de la Legión de Honor de Francia.
Hay motivos diplomáticos (ambos comparten la jefatura de Estado de Andorra, herederos de una tradición de diez siglos), pero además tienen buena relación personal. En sus encuentros me consta que hablan de filosofía (ambos admiran a Jean Luc Marion), y el Presidente regaló a Vives la primera versión francesa de Ser y tiempo, de Martin Heidegger, firmada por el mismo autor.
Vives le pide que ayude a los cristianos de Tierra Santa, mientras se acoge a un dicho mongol: «Las nubes pasan, el cielo permanece».