Estética

Cómo escoger viaje si se desea visitar un lugar ya no tranquilo, sino fosilizado: consultar la lista de las ‘summer White Houses’, los lugares de veraneo de los presidentes estadounidenses. Cornish (New Hampshire), Plymouth Notch (Vermont), Hyannis Port o Martha’s Vineyard (ambas en Massachusetts), Kennebunkport (Maine) o Newport (Rhode Island). Lugares con iglesias bien preservadas, calles de novela de Henry James, mansiones neoclásicas, cuberterías heredadas y gastadas, colmados a los que no se puede entrar en chanclas pero en los que igual encuentras una escobilla de baño como una botella de champagne, rojos y azul marinos descoloridos por el sol y la sal, cottages con cortinas y papel de pared a juego. Familias que creen en aquella máxima de salir en el periódico solo el día que naces, el día que te casas y el día que mueres. Pero claro que no todos podemos permitirnos los viajes a la Costa Este. Pero nos conformaríamos con playas preservadas de la especulación, con chiringuitos de madera donde tomarse una cerveza fresca y unos boquerones en vinagre (si es que aún quedan boquerones), con clubs de vela donde alquilar un patín (como el de la playa Larga) con la posibilidad de pasear por las rocas sin miedo. Es posible que se me acuse de «pija» por querer vivir en un entorno donde la estética sea ética. Pero me da igual.