Equinoccio

El equinoccio de primavera ha llegado. A pesar de las lluvias, el frío y la nieve, la primavera ha llegado. Por estas fechas, finalmente emergemos del frío y nos adentramos en la suave calidez que acabará con el bochorno del verano. A veces no es así porque el clima está tan loco como nosotros y hemos vivido primaveras en enero e inviernos en mayo. Pero en Japón, esperan con ansias las flores de ume (ciruelo), sakura (cerezo) y momo (melocotón). La locura que se desata en el país del sol naciente por ver llegar estas flores no tiene parangón en el mundo. Una pasión que tiene que ver con la apreciación del detalle ínfimo y frágil y con el gusto desmesurado por el sake frío. Pero estos días el peso del mundo se siente más pesado, y en momentos como estos, es posible consuelo en los tranquilos cambios de la naturaleza. Los tulipanes que ya sacan su flor, los brotes, los pájaros. En el calendario estacional japonés, el equinoccio de primavera comienza con la microestación «Los gorriones comienzan a construir sus nidos». El aire se llena de nuevo con el canto de los pájaros. Vivaldi solo hizo que copiarlos con su Cuarteto. Mantengan los ojos cerrados durante las primeras horas de la mañana, observen como la luz del sol ya anuncia el verano, como las hojas vuelven a los árboles. Observar el ritmo constante de las estaciones no es una vía de escape, sino una forma de mantener los pies en la tierra.