Paseo por mi ciudad y veo cómo se despliegan carteles informativos que indican la Zona de Bajas Emisiones que se pondrá en marcha dentro de nada. Algunos todavía están tapados con bolsas negras. Otros, empiezan a lanzar algún mensaje. Se dice que el cambio normativo en nuestra zona será a finales de este año o principios de 2025. Ya empezamos a ver letras en las calles. A hablar de etiquetas. A comprobar dónde quedan nuestros coches. Y a repasar la imagen del famoso mapa que nos acompaña desde hará un par de años. «¿Podremos ir más allá de esta calle? Ya no podremos pasar por aquí?». No olvidamos lo que ocurrió en Barcelona. El caos que generó el arrranque de la Zona de Bajas Emisiones en una ciudad liderada por Ada Colau y que vivió el cambio en medio de un verdadero caos. Ahora, con la experiencia de Barcelona acumulada y ya un poco más acostumbrados a este tipo de normativas, veremos cómo lo afrontan Tarragona y Reus. Es nuestro turno. ¿Habrá aparcamientos disuasorios suficientes? ¿El transporte público estará a la altura? ¿Cómo se gestionará el acceso a los parkings más céntricos? ¿Avanzarán los proyectos de futuro que deben ayudar a tener alternativas de calidad? Hablo del tranvía, por ejemplo. Hay muchos interrogantes, pero ya la tenemos aquí.
Bajas emisiones, etiquetas y límites
18 noviembre 2024 20:22 |
Actualizado a 19 noviembre 2024 07:00
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