La pérdida de Eduard Boada ha generado a los tarraconenses una sensación de vacío que será muy difícil de poder compensar. Así lo corroboran los tres exalcaldes vivos de la ciudad, que valoran su tarragonisme y talante «positivo» a la hora de intentar explicar la marcha inesperada del Pregoner de les Festes de Santa Tecla del año 2019.
«Era un Señor de Tarragona». Así de claro se expresa el que fuera alcalde entre 1989 y 2007, Joan Miquel Nadal (CiU), mientras que el Primer Edil entre 2019 y 2023, Pau Ricomà (ERC), lo califica como «un hombre inteligente y, sobre todo, bueno con todo el mundo».
“Era un hombre inteligente y, sobre todo, bueno con todo el mundo. Me he empapado de tarragonisme con él”
Pau Ricomà, alcalde
entre 2019 y 2023
Ricomà, que estuvo con Boada en el Balcó del Ayuntamiento el 21 de septiembre del 2019 durante el Pregó, indica que «ha sido un privilegio mantener conversaciones con él hasta hace pocos días, empapándome de su tarragonisme generoso y positivo».
Equipo de fútbol sala
Sin lugar a dudas, quien tuvo más contacto durante más años con Boada fue Josep Fèlix Ballesteros (PSC), máximo representante municipal entre 2007 y 2019. De hecho, colaboraron conjuntamente para la recuperación del Carnaval en la ciudad a principios de la década de los ochenta.
“Fue una magnífica persona que ha hecho esta ciudad más bonita, grande y humana»”
J.F. Ballesteros, alcalde entre 2007 y 2019
«Era una gran persona, inteligente, sabia, muy respetuosa y amable, con un gran sentido del servicio. Era amigo de sus amigos y muy tarraconense», indica el exedil socialista, quien destaca que «llevó Casa Boada como un servicio a la ciudad y no para lucrarse».
De hecho, Ballesteros jugó en un equipo de fútbol sala que se denominaba Can Boada. «Llevaba el número 20. Hacíamos meriendas, desayunos. Luego, como alcalde, me dijo que me quería dedicar un bocata de setas, lomo, queso y varias salsas, pero le dije que mejor no porque habría quien no lo querría», detalla el exalcalde, quien también recuerda el «acto» de entrega del pin de plata al cronista Josep Maria Sabaté.
«Lo hicimos en un desayuno en el Boada, con un testigo de excepción: Josep Ramon Correal, que entonces era el director del Diari de Tarragona». Ballesteros, tras más de cuatro décadas, valora que Eduard «era una magnífica persona que ha hecho esta ciudad más bonita, grande y humana».
“Era un Señor de Tarragona”
J.M. Nadal, alcalde entre 1989 y 2007
También conoce a la familia el ahora conseller de Esports de la Generalitat, Berni Álvarez. «Se va uno de los grandes. Ir a Casa Boada era un chute de energía, de tarragonisme y de autenticidad», indica el representante autonómico, quien detalla que «quedar allí con los amigos era una tradición. Estoy triste», resalta. También mostró ayer sus condolencias el exPresident Pere Aragonès (ERC). «Fue un trabajador incansable, depositario de la historia popular de Tarragona», indicó. Boada ya se ha convertido en uno de los grandes símbolos de la ciudad. Descanse en paz.