Era 2012 cuando hablábamos de un BCN World enorme, con seis casinos, muchos hoteles y grandes calles comerciales. Tenía que revolucionar el sector, ubicado junto a PortAventura, entre Salou y Vila-seca. Enseguida tuvo defensores y detractores, además de protagonizar cierta polémica por un nombre poco afortunado. También tenía calendario dibujado, con la previsión de arrancar en 2013 (¡2013!).
Pero el tiempo pasó, sus impulsores iniciales –grupo Veremonte– cambiaron de planes, el proyecto pasó a otras manos y se redimensionó. Ya no eran seis casinos, y ya no era Barcelona World. Así llegó Hard Rock. Y, por supuesto, en 2013 no empezó nada. Estos últimos años ha habido trámites por todos lados, contratiempos y discusiones de todo tipo a su alrededor. Incluso el nombre Hard Rock ha hecho caer un gobierno, en un momento en que nos sorprendía que volviera al primer plano informativo de este país.
No dejo de preguntarme cómo lo verá el señor Hard Rock, sea quién sea, y si su interés en los terrenos de Salou y Vila-seca estará tan intacto como el primer día. Quizá se haya olvidado de nosotros, haga sus planes en otro sitio mientras aquí todavía debatimos sobre si el proyecto nos conviene o no. Ahora piden aprobar el famoso Plan Director Urbanístico. Otra vez. Esto es un bucle sin final.