Las imágenes son elocuentes: el patrimonio de Tarragona es una de las víctimas especiales de los excrementos de palomas que proliferan por toda la ciudad. Tal y como relata nuestra periodista, el ácido presente en las heces perjudica gravemente una piedra especialmente delicada y frágil. El daño es particularmente incisivo en los monumentos más antiguos como son la muralla romana o el Pretori. En reiteradas ocasiones este Diari ha perseguido respuestas a una sencilla pregunta: ¿Por qué no se hace lo suficiente como para controlar la plaga de palomas? La portada es lo suficientemente vehemente como para comprender que este es un tema que nos parece prioritario. La suciedad causada por los excrementos de palomas repercute directamente sobre nuestro bienestar, sobre la confianza en nuestros gobernantes, sobre nuestra autoestima. Es imposible quererse si no puedes limpiarte las defecaciones. Es así de rudo. Las administraciones hace tiempo que son conscientes del problema.
Estamos convencidos de que se tomarán las medidas adecuadas. Si de algo tenemos ganas es de dejar de manchar nuestra portada con excrementos
El Ayuntamiento de Tarragona encargó un informe que ya determinaba que la problemática se inicia en el Port. El Arquebisbat también tiene su responsabilidad en este problema. Las respuestas parecen excesivamente lentas. Pero al menos, algo se mueve... De todas formas no está de más recordar que los excrementos que decoran nuestro Patrimonio de la Humanidad no se limpian. Seamos más precisos, se limpian cuando llueve, cosa que tampoco ocurre con tanta frecuencia. La hemeroteca nos recuerda que ya en 2013 se pedían medidas de formación específica para la Brigada Municipal en este sentido. Han pasado once años y nada parece haber cambiado. Esto no significa que nada vaya a cambiar. Estamos convencidos de que se tomarán las medidas adecuadas en breve. Que a ninguna administración se le pasa por la cabeza creer que este problema es de los qui dia passa any empeny. Si de alguna cosa tiene ganas el Diari es de dejar de manchar su portada con excrementos.
