Una concentración vecinal recordó ayer y otra lo hará hoy a las tres víctimas de la explosión de un reactor de Iqoxe el 14 de enero de 2020. Más de mil días después de aquel accidente, tres de los principales responsables de la compañía en esas fechas, el director general, José Luis Morlanes, el de planta, Juan Manuel Rodríguez y el que era de seguridad, Gerard Adrio, comparecerán ante la juez el próximo viernes, 20 y el lunes 23. Será la última diligencia antes de que la magistrada decida si envía el caso o no a juicio.
Más allá del frente judicial, aún abierto, desde aquel día se han tomado algunas medidas para mejorar la seguridad y los avisos a la población. Por un lado, el Plan de emergencia exterior del sector químico (Plaseqta) vuelve a gestionarse desde el territorio. Por otro, Tarragona acogió el pasado noviembre un simulacro de confinamiento que afectó a 65.000 ciudadanos de los barrios de Ponent de la capital, así como de varias zonas de Reus, La Canonja, Vila-seca y Salou, en el que se probó por primera vez un sistema de alertas al móvil. Y esta misma semana el conseller d’Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, ha anunciado que los municipios que conviven con la industria química acabarán el año con 575 sensores de toxicidad de hasta ocho componentes químicos diferentes y que en La Pineda se incorporarán dos sirenas más. Además, a finales de año está previsto un simulacro en el polígono del norte.
La convivencia con el principal polo petroquímico del sur de Europa nos obliga a exigir la máxima seguridad y transparencia
Se trata, sin duda, de buenas noticias pero la convivencia con el principal polo petroquímico del sur de Europa nos obliga a todos a no bajar la guardia, a exigir la máxima seguridad y, sobre todo, seguir trabajando para que la información que llegue a la población en caso de accidente sea lo más rápida, concisa y veraz posible, pues de nada servirán los simulacros si la ciudadanía desconoce qué sucede y cómo debe actuar.