Hemos querido celebrar esta fecha porque teníamos una enorme necesidad de dar las gracias. Sin duda, celebrar el 215 aniversario de nuestro querido Diari de Tarragona es un hito que merece ser reconocido y celebrado con profunda admiración, pero no queríamos dejar pasar esta oportunidad de celebrar el legado y el futuro. No es sencillo para mí sentarme en la silla de mi padre, Luis Sánchez-Friera. Es un honor, una responsabilidad, es un reto. Cada día. Cada ejemplar del Diari que sale a la calle, cada visita en nuestra versión digital. En cada momento, la autoexigencia es la esencia de nuestra acción. La calidad, la veracidad, la transparencia, el servicio público, están ahí. Son la herencia de mi padre. Son, como editora del Diari, mi tesoro más preciado.
Quiero recordar que desde sus inicios en 1808, el Diari de Tarragona ha sido mucho más que un periódico. Ha sido un testigo de la historia, una ventana abierta a la realidad que nos ha permitido estar informados, reflexionar y formar opiniones. Gracias al trabajo comprometido y riguroso de centenares de personas que han pasado por esta casa, hemos sabido mantener el pulso de la sociedad y adaptarnos a los tiempos sin perder nuestra esencia.
La complicidad con los lectores ha sido clave en este camino. Hemos estado presentes en los momentos más importantes de sus vidas: en los días de alegría, en los desafíos y, por supuesto, en las transformaciones que todos hemos vivido. Esa conexión cercana con la comunidad es lo que nos hace únicos. Los lectores sois nuestra razón de ser. En el papel, en la web, en las redes. Nuestra misión es informar para que sean libres. Cada artículo, cada reportaje, cada noticia ha sido una muestra del compromiso que tenemos con la veracidad, la ética y la pluralidad de opiniones. Y esto es algo que, en tiempos de fake news y en los que la información circula a gran velocidad, es más valioso que nunca. Porque no solo informamos, sino que formamos una opinión crítica y libre.
Es imposible mencionar este aniversario sin resaltar la increíble labor de todos los que forman o han formado parte de este proyecto: editores, periodistas, fotógrafos, diseñadores, comerciales, administrativos, y tantos otros profesionales que con su esfuerzo diario hacen que este diario sea un reflejo fiel de la sociedad que queremos construir. Su trabajo en equipo y su pasión por la verdad han sido los motores que nos han permitido llegar hasta aquí y seguir avanzando. Es así, 215 años no son cualquier cosa, son la evidencia de una solidez y un compromiso que muy pocas instituciones pueden presumir de tener. Pero todo ello no sería posible sin el equipo del Diari de Tarragona. Somos un equipo. No funcionamos los unos sin los otros. Y me felicito de estar ahí para ayudar a cohesionar más si cabe este impulso que vivimos.
Por todo esto y mucho más, gracias. Gracias por acompañarnos en esta aventura, gracias por estar ahí, gracias por felicitarnos, gracias por criticarnos, gracias a todos y cada uno de nuestros lectores y clientes. El Diari de Tarragona no solo es un medio de comunicación; es un símbolo de confianza, de historia y de futuro, si podemos continuar esta conversación con todos vosotros.