El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, ha pedido a la Guàrdia Urbana un plan para mejorar la seguridad durante la Baixada de l’Àliga, que se celebrará el próximo 21 de septiembre. Viñuales está preocupado. Y no es para menos. En esta ocasión, la Baixada cae en sábado, lo que significa que se espera más afluencia de lo habitual. Para ello, desde alcaldía se ha requerido a la policía local una batería de propuestas que garanticen el buen y normal funcionamiento de uno de los actos más multitudinarios de las fiestas de Santa Tecla.
Desde el propio Ayuntamiento ya se han llevado a cabo algunas medidas de dispersión a través del programa. Es decir, se han programado una serie de actos –también muy atractivos– para intentar que el público pueda repartirse y descongestionar un poco la Baixada de l’Àliga. En el Parc del Francolí, la misma noche del sábado 21 a las 23 horas, tendrá lugar el concierto de dos de los artistas más reconocidos del panorama catalán actual, como son Figa Flawas y Mushka. También habrá conciertos en el Passeig de les Palmeres y en la Capsa de Música –en la avenida de Vidal i Barraquer–.
«Reconozco que es uno de los actos que da respeto. Por eso he pedido a la Guàrdia Urbana un plus de seguridad. Estoy a la espera de propuestas», explica el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, quien añade que «es verdad que hay un tramo donde se concentra mucha gente y eso preocupa». El alcalde pide a la ciudadanía que tenga «consciencia». Viñuales, por otro lado, también destaca que Tarragona ya tiene experiencia en acontecimientos similares que aglutinan una gran cantidad de personas, como puede ser el Concurs de Castells.
En los últimos años, la Baixada de l’Àliga se ha convertido en el acto estrella de las fiestas para los jóvenes, tanto los de la ciudad como los de fuera. Vienen de toda Catalunya para vivir una experiencia que podría ser similar a la de la Patum de Berga, por ejemplo. Los participantes llegan a la Plaça de les Cols hasta seis horas antes de que comience el acto, para así coger el mejor sitio y no perderse detalle. Las calles Merceria, Santa Anna y Cós del Bou, y las plazas del Fòrum, del Rei y de la Font son los puntos por los que pasa el séquito.
La Baixada de l’Àliga nació de manera improvisada y sin esperarlo, pero poco a poco fue organizándose hasta convertirse en lo que es hoy en día. Los expertos aseguran que el acto se inspiró en el Desvetllament Bellugós, una fiesta muy parecida a la Baixada –tanto en contenido como en número de participantes–que se celebra cada 25 de julio en Mataró, durante Les Santes.
La celebración del Desvetllament Bellugós cuenta con un fuerte dispositivo de seguridad detrás que, año tras año, es presentado por el Ayuntamiento unos días antes de las fiestas. Como destacados, los cuerpos de seguridad tienen perimetrado el espacio durante todo el recorrido y, en todo momento, saben cuántas personas hay en el acto. El año pasado se concentraron cerca de 17.000 participantes.
Otra de las medidas que se llevan a cabo durante la noche del Desvetllament Bellugós es poner controles de accesos hasta en doce puntos. La idea es que todas las calles que dan entrada y salida al recorrido estén controladas. Los agentes supervisan que nadie entre con botellas de cristal u otros objetos.
Además, Mataró cuenta con un centro de coordinación que sigue también vía cámaras lo que está sucediendo. Finalmente, el acto del Desvetllament Bellugós cuenta con un plan de autoprotección específico. A grosso modo, en el día grande de Les Santes se activan un total de 500 efectivos, ya sean policiales o de Protecció Civil.
Sistema de megafonía
En el caso de la Baixada de l’Àliga, en los últimos años ya se han puesto en marcha una serie de medidas para garantizar la seguridad. Es el caso del control de acceso en el Pla de la Seu y de la participación de los drones de la Guàrdia Urbana en el acto. Además, en la última edición, también se activó un sistema de megafonía que daba indicaciones para el buen funcionamiento del acto.
El Ayuntamiento también tiene activados planes de autoprotección para algunos de los actos más multitudinarios de las fiestas. Es el caso de la Baixada de l’Àliga, de los dos conciertos del Anillo Mediterráneo –Estopa y El Pot Petit-, y para los tres conciertos del Parc Francolí.
Pese a la gran cantidad de personas que participan en los últimos años en la Baixada de l’Àliga, nunca ha ocurrido nada grave. Sin embargo, el alcalde cree que ahora es momento de sentarse y de abordar el tema. La próxima semana tendrá lugar una reunión entre los principales implicados, como representantes del Ayuntamiento y de la Guàrdia Urbana.
Los ‘aliguers’
«Está claro que el acto no es igual ahora que hace diez años. Ha evolucionado mucho», explica Oriol Sánchez, vocal de l’Àliga, quien añade que «el Ayuntamiento se ha reunido con las entidades participantes para tratar el desarrollo del acto». Sánchez insiste en que «nosotros, los aliguers, somos los primeros interesados en que la Baixada pueda celebrarse muchos años más y, por lo tanto, que los temas de seguridad estén actualizados».