Vecinos de la Plaça de la Font de Tarragona: «Estoy sufriendo un auténtico calvario»

Las mesas llegando a la mitad de la Plaça de la Font ha sido la imagen del fin de semana. Los vecinos aseguran que no hay controles sobre la ocupación del espacio de algunos negocios

01 julio 2024 20:44 | Actualizado a 02 julio 2024 07:00

Viernes a la una de la madrugada y la Plaça de la Font está llena hasta la bandera. En las calles y plazas adyacentes, los bares ya están acabando de recoger y aunque todavía quedan algunos grupos de personas hablando, poco a poco va imperando el silencio que tan solo se interrumpe por los gritos de algunos jóvenes, ávidos de alargar la noche. La imagen choca con la de la plaza del Ayuntamiento, donde el ruido se amplifica, mientras no hay prisa para irse a casa.

La plaza está llena como si fueran las siete de la tarde. Algunas terrazas del extremo más alejado del Palau Municipal prácticamente llegan a la mitad de la plaza, sobrepasando los límites permitidos, hasta el punto de que los bancos han quedado completamente camuflados entre tanta silla y tanta mesa. «Es esperpéntico. Estoy sufriendo un auténtico calvario», asegura Alèxia Amat.

Amat explica que vive justo encima de La Barata, uno de los negocios más concurridos entre los jóvenes. «Cada vez ocupa más espacio. Pone las sombrillas y mesas a tocar de la fachada e incluso taburetes en los alcorques. Y ahora, con el fútbol, hay días en los que este mismo bar pone hasta cuatro pantallas», afirma esta vecina. La Eurocopa genera afición y la tele es un reclamo más para los clientes, lo que hace que las pantallas ya sean otro elemento del mobiliario en la mayoría de las terrazas.

Amat asegura que la Plaça de la Font se ha convertido en «la selva» y focaliza su malestar contra un establecimiento que «poco a poco ha ido ganando terreno, de forma que las malas prácticas han ido extendiéndose como una mancha de aceite». Esto hace que se esté planteando presentar una denuncia, después de que los intentos para llegar a un acuerdo «no han servido de nada».

Los vecinos piden que haya una convivencia entre los diferentes intereses

La Plaça de la Font vuelve a estar en la diana. «Vivo en un cuarto y cuando compré el piso ya pusimos doble ventana y las habitaciones están al otro lado», indica Jordi Vergés. En su caso, afirma que «el ruido no me molesta». «Ahora hay más turistas y más gente hasta más tarde y siempre hay un grupo reducido de personas haciendo escándalo, pero sí que es verdad que podría haber mucho más control sobre la ocupación del espacio público porque hay días en los que me cuesta acceder a casa. Se pasan la normativa por el forro», indica.

Jordina vivió casi cuatro años en esta plaza, hasta que hace uno y medio se mudó. «Cuando vas a vivir a la Plaça de la Font ya sabes a dónde vas. En verano sí que dormías con la ventana abierta y realmente no era tanto el ruido, como los bares que se extralimitaban con el espacio, que son los que cierran más tarde y el ruido se amplificaba». El anterior proceso de redacción de la ordenanza de terrazas entraba en cuestiones como el ruido durante la recogida del mobiliario, para mitigarlo. No ha trascendido si este es un elemento que se incluirá en la nueva normativa que se está trabajando desde el Ayuntamiento.

El presidente de la Associació de Veïns del carrer Merceria i Voltants, Sergi Carrillo, afirma que la imagen del pasado sábado en la Plaça de la Font «es vergonzosa». «Hay una pequeña parte de los establecimientos que hacen lo que les da la gana y encima son restauradores que dan una mala imagen, porque todos sabemos que no hay una calidad».

La propuesta que hace el gobierno municipal de cara a la futura ordenanza contempla que las plazas de la Font, del Rei y el Fòrum, además de Corsini y el primer tramo de la Rambla Nova, puedan abrir hasta las dos de la madrugada. «Está claro que queremos una restauración y un comercio potentes, pero debe haber una convivencia y al final el gran problema es que se redactan normativas, pero no se ponen los medios para controlarlas», lamenta este representante vecinal, quien asegura que ahora mismo la Part Alta es un barrio con bullicio «las 24 horas, siete días a la semana».

«Un seguimiento»

El Ayuntamiento aseguraba que desde la Guàrdia Urbana «se tiene conocimiento» de la situación de la Plaça de la Font, ya que se han recibido quejas. Según se indica, estás se han transmitido a la Divisió de Serveis Centrals que «hará un seguimiento». Asimismo, desde la corporación tarraconense se asegura que se está trabajando en la redacción de la futura ordenanza, que se prevé aprobar inicialmente en el pleno del próximo mes de septiembre. «La previsión es que sea antes de acabar el verano», apuntaban fuentes municipales.

La propuesta incluye elementos como que «se prohibirá la instalación de cualquier elemento fuera de la terraza» y que habrá un reglamento sancionador que se está trabajando de forma conjunta con la Guàrdia Urbana. No obstante, algunas asociaciones de vecinos ya han expresado su malestar. Aseguran que no han sido consultadas en este proceso de redacción por parte de la administración local.

Desde la Federació d’Associacions de Veïns de Tarragona (FAVT), su presidente, Alfonso López, apunta que «quiero ver bien el reglamento». No obstante, se muestra partidario de «una convivencia y un respeto mutuo entre los vecinos y los establecimientos». Este no es un tema conflictivo en la zona de Llevant. No obstante, el presidente de la Federació d’Associacions de Veïns del este tarraconense, Josep Maria Bertran, explica que «este fin de semana hacemos las fiestas y después de 17 años, no nos había pasado nunca, pero nos están pidiendo los decibelios de los altavoces y hacia dónde irán enfocados. A nosotros nos ponen todo tipo de problemas, pero después, a partir de las tres de la mañana, cuando acabe, no sabemos qué pasará. Esto sí que deberían controlarlo».

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