El Tinglado 1 del Moll de Costa ofrece un viaje fotográfico que permite conocer la transformación que han vivido en el último siglo algunos de los espacios que forman parte del Port-Ciutat. La muestra, con algunos de los materiales del Arxiu y el Museu del Port de Tarragona, presenta imágenes antiguas que se exponen junto a su versión actualizada. Son fotografías tomadas desde el mismo ángulo, que reflejan estas dos versiones de un Port de Tarragona en constante evolución, de ahí el título de la exposición ‘Ahir-Avui’, que está teniendo una muy buena acogida entre un público que no se queda indiferente.
En una de estas puede verse una perspectiva del Dic de Llevant, con la Torre del Rellotge y la ciudad de Tarragona de fondo. El reloj, obra de Francisco García de Membrillera, no ha sufrido ninguna alteración a pesar de que hay una diferencia de casi cien años entre la primera y la segunda fotografía. También había las vías del tren. No obstante, de la imagen en blanco y negro nos sorprenden los carruajes que salían por un muelle de tierra, que ya forma parte de la historia.
Hay más cambios, como el que ha sufrido el mismo Tinglado 1, en el que ahora puede verse la exposición. En una fotografía del año 1920 este aparece rodeado de bocoyes de vino esperando para ser cargados en un barco atracado en el mismo Moll de Costa. Un espacio que ahora es para el uso y disfrute de una ciudadanía, que se encuentra con unas palmeras y una fuente que cada fin de semana se llena de vida.
Difundir el patrimonio
El Passeig Marítim es otro de los espacios irreconocibles, si no fuera por la Baixada del Toro y las vías del tren. Y es que, más allá de los edificios históricos como el de sanidad exterior o el de la aduana que no han sufrido grandes cambios, el frente marítimo portuario ha vivido una evolución que muchos tarraconenses aún mantienen en la retina y que ahora reviven, mientras visualizan dos imágenes de un mismo sitio que nada tienen que ver. Este ejercicio lo puso en práctica el departamento de Port-Ciutat, del Port de Tarragona, durante la pandemia a través de las redes sociales y tuvo tanto éxito que ahora ha dado pie a esta exposición. «De un día para otro tuvimos que cerrarlo todo y nos quedamos sin exposiciones ni nada, así es que decidimos que si la gente no podía bajar al puerto debíamos acercarnos nosotros a la ciudadanía», explica la directora de Port-Ciutat del Port de Tarragona, Montse Adan.
Material había de sobra. El Arxiu del Port, con más de 12.000 registros, y el Museu del Port conservan un patrimonio que no tan solo explican la historia del enclave tarraconense, sino también de la parte de la ciudad que se ha desarrollado a su alrededor. Ahora, los espectadores pueden conocer una pequeña parte de estos materiales, a través del audiovisual que puede verse en la misma sala y de estas 23 fotografías con su antes y su después, acompañadas de una pequeña descripción que pone palabras a unos cambios más que evidentes.
Adan asegura que «está teniendo mucho éxito y la gente está respondiendo muy bien». De hecho, la muestra se inauguró el pasado 8 de febrero y podrá verse hasta el 27 de marzo y desde la institución ya se está planteando la posibilidad de alargarla algunas semanas.
La directora de Port-Ciutat confiesa que la selección de los materiales «fue muy difícil». Esta evolución se ha centrado en aquellos espacios que forman parte del Port-Ciutat, mientras ha quedado fuera aquella parte más desconocida para la ciudadanía que hace referencia a la actividad industrial. No obstante, el proyecto ‘Ahir-Avui’ acaba de arrancar para un Port de Tarragona que ahora mismo tiene otras dos exposiciones en el Moll de Costa, que va camino de convertirse en la rambla cultural de la ciudad.
Y es que, muchos de los visitantes que estos días han pasado por el Tinglado 1 han pasado antes por el Refugi 1, que reúne una muestra de los 150 años de la historia de las Carmelitas Misioneras Teresianas en la Ciudad de Tarragona. ¿Qué tiene que ver la historia de esta institución con el puerto? Lo que muchos tarraconenses desconocen es que la primera escuela se organizó en la calle de Misericòrdia, en la zona portuaria, hasta que en 1933 las hermanas se instalaron en la comunidad actual.
Buenos recuerdos
Miles de tarraconenses han estudiado en el centro y mayoritariamente estos son algunos de los que estos días se han acercado al Refugi 1 para revivir la evolución de la escuela, a través de los uniformes, las colonias y demás documentación que puede verse. Incluso en un rincón se ha habilitado un libro en el que el público visitante puede escribir sus mensajes, la mayoría de los cuales haciendo referencia a una época pasada llena de recuerdos.
Y, para el que quiera completar este tour cultural, en el Tinglado 2 puede hacerlo con el ‘De formes deformes’, del autor Miquel Planchart, que se aleja de todos los convencionalismos hasta ahora conocidos en la fotografía.