Tarragona invertirá este año 1,1 millones para dar el salto en el Anillo Mediterráneo

La mayor parte de la apuesta se destinará a poder abrir en septiembre el Palau d’Esports y adecuar el campo de rugby. También se impulsarán la piscina olímpica y el velódromo

28 mayo 2022 20:06 | Actualizado a 29 mayo 2022 07:00
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2022 debe ser el año del impulso definitivo del Anillo Mediterráneo de Campclar. Justo cuatro años después de los Juegos de 2018, y ya con la gestión 100% municipal del Palau d’Esports, el Ayuntamiento quiere que los próximos meses sean los del salto de calidad de un complejo deportivo único en Catalunya, con 28 hectáreas de superficie y una inversión inicial que supuso una apuesta de 37 millones de euros entre las obras de urbanización de los terrenos (12 millones), el Palau (18,4), la reforma del estadio de atletismo (3,3), la nueva piscina olímpica descubierta (1,7) y la rehabilitación del pabellón de 1985 (1,1 millones).

«Podremos tener eventos de nivel en el Palau y en el nuevo campo de rugby»
María José López
Concejal de Esports (ERC)

Ya con las instalaciones consolidadas, y a las puertas de abrir en septiembre a los clubes la joya de la corona –el Palau–, el gobierno municipal (ERC-JxTGN-CUP) dibuja para este año un plan de actuaciones de 1.152.500 euros para subir un nivel en las prestaciones que se ofrecen en la actualidad en el recinto del barrio de Ponent.

Medio millón para el Palau

La mayor inversión se centrará en el Palau d’Esports, donde el Consistorio destinará 505.000 euros para preparar el equipamiento para un uso diario de los clubes de la ciudad. «De momento ya se ha ultimado la memoria para adquirir el parqué, que en breve se enviará a contratación», afirma la concejal de Esports, Mary López (ERC). Una vez se tenga, se colocará y se guardará el que está ahora puesto, que se reservará para los grandes eventos. Cabe señalar, sin embargo, que el recinto abrirá en septiembre haya o no el nuevo parqué, ya que la pista se cubrirá con parqué, PVC y hormigón. Ahora también deberá comprarse el material como las canastas, las porterías o las redes separadoras.

PSC, Cs y PP se muestran críticos con el acuerdo para gestionar este pabellón. «El Anillo ya es un epicentro deportivo de la ciudad. La lástima es que se podría haber ido más rápido y apostar de una forma más decidida, como poner las graderías para 5.000 personas y todo el parqué desde el inicio», indica Berni Álvarez (PSC), mientras que Lorena de la Fuente (Cs) lamenta que «no está acabado». José Luis Martín (PP) cree que «Ricomà solo puede utilizar el legado del mandato anterior que tanto criticaba».

Césped artificial para el rugby

La otra gran apuesta será el campo de rugby, donde se destinarán 410.000 euros. La principal actuación se centrará en la sustitución del césped natural que hay en la actualidad por otro de artificial, «que será especial para este deporte y estará homologado a nivel internacional», indica López, quien destaca que la reforma «permitirá que se puedan organizar competiciones de nivel». El objetivo es que este emplazamiento, que es usado por unos 200 deportistas, tenga una actividad «al 100%». «Hasta el momento no podemos vender esta instalación para el turismo deportivo, pero cuando la tengamos completa sí que podremos hacerlo», señala la edil. De momento, el proyecto ya tiene el OK técnico y está previsto que en las próximas semanas se envíe a contratación para poder licitar unas obras que se alargarán dos meses.

También se cambiará el sistema de riego –que quedará escondido bajo el césped–, se cambiará el anclaje de los banquillos provisionales y se pondrá en marcha el marcador electrónico con la nueva canalización del cable. «Todas las mejoras las hacemos de acuerdo con el club. Ahora queremos mirar hacia adelante y olvidar los problemas iniciales con el anterior gobierno», añade la edil. En una segunda fase, que podría ser en 2023, también se prevé instalar graderías y habilitar un edificio de servicios que sirva para el almacén y los vestuarios, ya que ahora se usan los del velódromo.

Manta térmica para la piscina

Otro de los focos se centrará en la piscina olímpica Sylvia Fontana, donde se invertirán 151.000 euros. Este año ya se compró la manta térmica, pero ahora el siguiente paso será automatizar el uso de esta lona que permite mantener en invierno la temperatura del agua caliente a 27 grados. Actualmente, en Catalunya, solo Calella cuenta con este dispositivo, si bien se trata de una instalación privada. Cuando Tarragona lo ponga en marcha, será el primer equipamiento público catalán que lo usará. Asimismo, en el horizonte también está habilitar dos vestuarios con módulos ante la gran demanda que hay para su uso.

60.000 euros para el velódromo

El último punto de actuación es el velódromo, que tiene casi medio siglo de vida. Reabrió en 2020 tras varios años cerrado y, recientemente, se ha adaptado para ser también patinódromo. Este paso ha permitido que el espacio pase de tener un uso de dos días a la semana a seis. Inicialmente solo debía pintarse, pero al final se ha optado por una intervención más integral y a largo plazo: levantar el entorno para nivelar el suelo antes de volverlo a pintar, con una inyección de 60.000 euros. También se ha renovado el gimnasio, con una apuesta de 10.000 euros, y se ha ampliado la capacidad de la caldera: de 500 a 2.500 litros.

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