Fiesta rojinegra (Reus 1-2 Sabadell ‘B’)

El conjunto reusense, impreciso y poco acertado de cara al gol, cae ante el filial arlequinado en un choque anecdótico marcado por la celebración del título y el ascenso en el Estadi

13 abril 2025 18:07 | Actualizado a 13 abril 2025 22:23
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Pólvora mojada. El Reus lució su versión más imprecisa de cara a gol en la derrota ante el Sabadell ‘B’, en un duelo marcado por la posterior celebración del título del Grupo V de la Tercera RFEF y por el ascenso a Segunda RFEF. El cuadro arlequinado, con tantos de Albert Morral y de Quim Utges, agrió la fiesta del conjunto reusense, que tuvo oportunidades suficientes para empatar e incluso para darle la vuelta al marcador, pero al que le faltó acierto ante la portería sabadellense.

En un partido en el que el principal objetivo era regalarle una victoria a la parroquia rojinegra para continuar celebrando el ascenso conseguido la jornada anterior en Terrassa y festejado el domingo en la Plaça del Prim y el miércoles en el Balcó dels Somnis, los de Marc Carrasco volvían al verde con la novedad de Marc Grau y Hugo Moreno en la medular y de Alejandro Verdejo en portería, que retornaba a una titularidad copada por Pepo Campanera durante las últimas jornadas.

En una antesala de celebraciones, tanto los jugadores del Sabadell ‘B’ como la plantilla del Juvenil ‘A’ y ‘B’ de la Fundació Futbol Base Reus dibujaron un pasillo de homenaje a los recientemente coronados como campeones. También se entregó al capitán Xavi Jaime una camiseta conmemorativa de su centenario de partidos con el conjunto rojinegro. Y el balón echó a rodar.

Ni el título de campeón podía con el hambre de este equipo, que salió como si el ascenso hubiera sido un espejismo y el título se decidiera contra el conjunto de Conrad García. Hugo Moreno lo probó desde fuera en el primer minuto de juego con un balón desde la frontal que salió lamiendo el palo derecho de la portería de Oriol Ciurans.

Ni un minuto después, un centro tenso fruto de una falta lateral desde el flanco derecho del ataque reusense picada por Xavi Jaime fue rematado de espuela por Xavi Molina, que envió el balón al fondo de la red en un gol posteriormente anulado por fuera de juego del central. El Reus empezaba juguetón. Ricardo Vaz también se sumaba a esa mordiente colectiva y, en el 7’, lanzaba un latigazo que se iba fuera por poco.

Los rojinegros gobernaban. Querían gustarse. Que el ascenso no les relajara. Que les permitiera soltarse para bailar sobre el césped. Y con ese ritmo pudo Marc Grau abrir el marcador a los veinte minutos, con un disparo colocado que pegó en el travesaño de la portería arlequinada. Se resistía el primer gol rojinegro.

Y no solo se resistió, sino que fue el Sabadell ‘B’ el que abrió la lata en el 26’, después de una acción individual de Albert Morral, que sondeó el área local y terminó batiendo a Alejandro Verdejo para colocar el 0-1 en el marcador del Estadi. Un jarro de agua fría que no sentó bien al cuadro reusense, más impreciso a partir del gol, que por otra parte le dio alas al conjunto dirigido por Conrad García.

Alas que auparon al cuadro arlequinado después de que el autor del primer gol fabricara el segundo. Albert Morral filtró en el 38’ un balón al espacio para que lo corriera Quim Utges, al que Andy Alarcón no pudo parar y que batió a Verdejo con un toque sutil que se coló por debajo de las piernas del meta. El Sabadell aprovechaba la desconexión rojinegra para ampliar su ventaja.

Ventaja que estuvo a punto de recortar Joan Torrents en el añadido de la primera. El ‘18’ cazó un pase alto tenso de Xavi Jaime que salió rebotado. Tenía tiempo de bajarla y de armar el disparo, pero el punta quiso terminar de primeras y su definición se marchó rozando el palo derecho de Ciurans.

En el tiempo de descanso, todos los equipos que forman parte de la Fundació Futbol Base Reus –a excepción de la primera plantilla del femenino, que estaba jugando en el Nou Sardenya ante el Europa ‘B’– salieron al verde para dar la vuelta de honor a un Estadi que les brindó una cálida bienvenida.

Ya con la bola de nuevo en juego, el Reus seguía rondando la portería de Ciurans. Marc Grau primero, con un disparo desde fuera repelido por el meta, y Ricardo Vaz después, cazando el rechace y disparando fuera, avisaban de que el cuadro reusense iba a pelear el resultado.

Pero las imprecisiones no cesaban. Costaba encontrar la comodidad para tejer con fluidez. Había una piedra en el zapato y el Sabadell sentía que podía seguir sacando partido a la situación porque los minutos pasaban y pasaban y el resultado no se movía.

Y no fue porque el Reus no lo buscara, ya que Josep Ramon Sardà estuvo a punto de empatar en una acción en la que el ‘9’ empaló un balón servido por Xavi Jaime y Oriol Ciurans sacó una mano antológica para enviarla a córner. Córner que remató Xavi Molina al palo y cuyo rechace estuvo a punto de colarse en el interior de la red. No quería entrar.

El conjunto rojinegro subió una marcha y siguió intentando, sin suerte, perforar la portería sabadellense. A los de Conrad García se les acababa la energía y se intensificaron las interrupciones y las faltas para arañar algunos segundos. Sin amenazas para la portería de Verdejo, el Reus tenía vía libre para crear, pero daba la sensación de que no era el día.

Tan solo Sardà, rebelado contra el devenir del partido, fue capaz, con un cabezazo en el último minuto, de perforar la portería de Ciurans y apuntar un tanto en el luminoso del Estadi para maquillar el resultado antes de que diera inicio la fiesta de celebración.

Celebración marcada por las palabras de Marc Carrasco: «Se han reído de nosotros, han utilizado nuestro estado como meme, pero lo que no sabían es que Reus y el Reus siempre vuelve». De igual forma se expresó el capitán Xavi Jaime: «Hemos venido para quedarnos, que nadie se olvide». Ramon Folch también cogió el micrófono: «Hemos vuelto a poner el nombre de Reus donde merece; Reus capital, Tarragona sucursal». Josep Ramon Sardà cerró los parlamentos encorajando a la cantera y dirigiéndose a la afición: «Hemos sido la envidia de muchos».

Unas palabras que retumbaron con muchísima fuerza en un Estadi Municipal rendido a sus futbolistas y a su cuerpo técnico.

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