Hacía muchos meses que el Palau de Justícia de Tarragona no reunía a tantos medios de comunicación persiguiendo una noticia.
Hoy miércoles 24 de enero (festividad de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas) estaba marcado en el calendario de todas las redacciones periodísticas que Rosa Peral estaría en los juzgados de Tarragona para declarar, después que Toni Muñoz, periodista de La Vanguardia, publicara semanas atrás la primicia.
Y cuando se habla de Rosa Peral a nadie le suena raro ese nombre y a la inmensa mayoría de la gente le viene a la cabeza la serie de Netflix El cuerpo en llamas (o los episodios de Crims de TV3) en los que se reconstruye el asesinato de Pedro Rodríguez, su pareja, en 2017 y cuyo caso se conoció como el ‘crimen de la Guàrdia Urbana’ (de Barcelona).
Peral fue investigada, detenida y condenada en 2017 por el asesinato de su pareja, a la vez que su amante, Albert López. Y ambos cumplen su condena de 25 y 20 años respectivamente por el asesinato de Rodríguez.
Su atracción mediática
Tras el revuelo de la serie de ficción, el macabro crimen perpetrado en una casa de Vilanova i la Geltrú ha vuelto a la primera página de la actualidad y quizá con más interés mediático del esperado tras el éxito de la serie televisiva de Netflix ‘El cuerpo en llamas’ que protagonizan Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez en los papeles de Peral y López respectivamente. Y sin olvidar el revuelo de la semana pasada de su falso embarazo que puso de nuevo su apellido en todas las portadas, ya fueran contrastadas o literalmente inventadas.
El interés mediático de este miércoles no ha cogido a nadie por sorpresa ni en el Palau de Justícia, ni en Mas d’Enric ni en los Mossos d’Esquadra, responsables del traslado de ida y vuelta de la interna. En la sede judicial ya sabían a qué se atenían y esta misma semana ha habido reuniones internas con un único punto en el orden del día: como gestionar la presencia de padre e hija en los juzgados tarraconenses.
Y no solo eso, el traslado de Rosa Peral desde el centro penitenciario de Mas d’Enric (ubicado en el término de El Catllar) también ha sido especial. El dispositivo se elaboró con especial interés por la persona que se conducía de la cárcel a los juzgados.
La llegada de Rosa Peral a los juzgados ha sido poco antes de las 11 horas y la furgoneta de Mossos ha entrado por la parte lateral del Palau de Justicia, donde se encuentra la puerta del aparcamiento subterráneo del edificio. La furgoneta ha aparcado y mientras bajaban agentes y la interna, la puerta metálica ha tapado cualquier imagen de la ‘protagonista’.
Por allí, después de la declaración (pasadas las 12 del mediodía) ha vuelto a salir la furgoneta de Mossos con la misma comitiva para devolver a la interna al módulo de mujeres de Mas d’Enric, donde lleva de forma ininterrumpida desde el 24 de febrero de 2021.
Los 100 minutos que ha estado Peral fuera de su celda de Mas d’Enric han sido sin prensa. El Palau de Justicia ha vetado el acceso a la prensa al interior del edificio.
La magistrada del Juzgado de Instrucción número 5 de Tarragona, Sònia Zapater, (cuyo nombre está vinculado a la eutanasia del pistolero de Tarragona) había pedido la comparecencia de los dos procesados en la sala a pesar de que la abogada de Rosa Peral, Núria González, había solicitado que Peral declarara por videoconferencia desde Mas d’Enric.
Una vez terminada la declaración de ambos, padre e hija, el único que ha salido a la calle ha sido Francisco Peral, pero no ha abierto boca a pesar de la persecución al estilo paparazzis desde la puerta hasta un buen tramo de la Rambla Lluís Companys.
La abogada Núria González sí ha atendido a los medios en las puertas del Palau de Justícia para explicar que la magistrada Zapater ha pedido que no se hablara del contenido de hoy ni la evolución del caso, que está en fase de instrucción. Y así se han cerrado los 100 minutos de Peral fuera de los muros del centro penitenciario.
¿Por qué ha salido a declarar Rosa y su padre?
Cabe recordar que la magistrada del Juzgado de Instrucción número 5 de Tarragona investiga al padre y a la hija por un presunto delito de alzamiento de bienes.
La condenada pasó a su padre el 50% de la casa que compartía con su exmarido en Vilanova i la Geltrú y en la que en una de sus dependencias se cometió el crimen de la guardia Urbana. También le transfirió su coche.
El objetivo era que una vez se considerara la sentencia firme de la condena por asesinato, Peral pudiera alegar insolvencia económica para evitar pagar su parte de la indemnización a la familia de la víctima, más de 400.000 euros. Por su parte, Albert López (amante y coautor del asesinato), sí ha cumplido con el pago de la indemnización, explicaba Toni Muñoz en La Vanguardia. Aunque nadie ha hablado, Toni Muñoz afirma que Peral ha dicho en su declaración que el traspaso de la casa se llevó a cabo para no perderla.