Oriol Paulo cumplió la promesa que hace días hizo al gerente de OCine Les Gavarres, Josep Eduard Príncep, y ayer presentó Los renglones torcidos de Dios, su última película, en el complejo cinematográfico de Tarragona. El cineasta barcelonés no decepcionó a nadie. Fue atento con la prensa, el alcalde de la ciudad y el centenar de espectadores que se dieron cita a las 7 de la tarde en la sala 3 para ver la película y participar en el foro que tuvo lugar al final de la misma. Vale decir que algunos de ellos eran figurantes del filme rodado parcialmente en la Tabacalera de Tarragona, pero no podían dejar pasar la ocasión de volverla a ver, y esta vez con la presencia del propio Paulo. Fue un auténtico lujazo.
Tampoco se perdió la cita el máximo edil de la ciudad, Pau Ricomà, quien agradeció la gran aportación que ha hecho la película por dar a conocer aún más la ciudad: «Atraemos mucho, especialmente a la cultura. Estamos de moda. Y es que Tarragona es un gran plató, inmejorable, con multitud de oportunidades para películas o anuncios».
Lo que no sabía el alcalde es que Oriol Paulo volverá en los próximos meses a Tarragona para volver a rodar. Pero esta vez no será una película, sino una serie para una plataforma muy conocida. Ocho capítulos que tendrán como escenarios Asturias y Catalunya, y entre estos últimos estará Tarragona.
Paulo atendió a la prensa y se deshizo en elogios hacia los figurantes y hacia el trabajo realizado por la Tarragona Film Office, coincidiendo con las palabras de Ricomà, agradeciendo las facilidades recibidas y recordando detalles curiosos de la filmación. «Lo de la lluvia fue un trabajo tremendo, pero afortunadamente todo salió bien», aseguraba. También repasó cómo le ofrecieron el proyecto y lo que le dijeron los productores sobre la Tabacalera: «¿no querrás rodar allí». Para él, «fue todo un reto en un edificio tan emblemático» y que ha pasado a ser conocido en toda España, donde (por cierto) la película está logrando excelentes recaudaciones. Precisamente, preguntado el alcalde sobre una reforma del inmueble, Ricomà reconoció que «tenemos que mejorarla»
Los figurantes de la ciudad le dieron ayer otra vez su apoyo. «No es una figuración al uso. Tenían su coaching para que cada uno de ellos reflejara la enfermedad mental que necesitábamos. Se lo agradezco muchísimo. Son entrañables y han demostrado muchas ganas de que todo saliera adelante».
Nadie quiso perderse la ocasión de hacerse una foto con el director. Ni público, ni prensa ni cargos municipales perdieron la oportunidad. Luego llegó la presentación de la película con una sala ya entusiasmada, agradeciendo OCine la presencia de director y alcalde. Ojalá tuviéramos más actos como éste.
