El tren es un tema que preocupa y ocupa a los ciudadanos de la demarcación de Tarragona, que han visto como para ir a Barcelona en el año 2005 tardaban 59 minutos desde Tarragona y ahora, en el mejor de los casos, para hacer el mismo desplazamiento pueden emplear una hora y catorce minutos. Las incidencias y retrasos han sido la banda sonora de los últimos meses y la situación todavía podría ser más caótica con las obras del túnel de Roda de Berà o cuando las mercancías circulen de forma recurrente por la vía de la costa.
Para conocer qué van a hacer los representantes políticos del territorio de cara a las elecciones del próximo domingo día 12 de mayo, las plataformas ciudadanas Dignitat a les vies y Mercaderies per l’interior organizaron ayer un debate en el que pudieron escucharse las propuestas de las diferentes formaciones.
Si el nivel de asistencia se utiliza como un termómetro para medir el nivel de interés, podría decirse que este es alto. La sede del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya en Tarragona quedó pequeña delante de una alfuencia de más de una setentena de personas. No obstante, el público se marchó sin escuchar grandes consensos o propuestas que hagan pensar que los comicios del 12M supondrán un antes y un después.
La portavoz de Dignitat a les vies, Ana Gómez Llauradó, ponía los contadores a cero tras una breve introducción en la que quedaba muy claro el vía crucis que viven los usuarios que a diario utilizan el tren para desplazarse a la capital catalana. «Necesitamos dieciocho diputados que hagan lo que tiene que hacerse para que todo esto canvie», les decía.
Desde ERC, Junts+ Puigdemont per Catalunya y la CUP, la apuesta es el traspaso de Cercanías y aquí la líder republicana, Raquel Sans, sacó pecho del acuerdo con el PSOE, a través del cual se sentaban las bases para que el próximo Govern de la Generalitat empiece a gestionar la totalidad del servicio. «ERC ha sido quien ha puesto este tema encima de la mesa. La política son prioridades y para nosotros esto lo ha sido», decía.
Traspaso de Cercanías
Sans se anticipaba a los reproches de los portavoces de Junts y la CUP, que le echaron en cara que el acuerdo no es completo y no incluye ninguna de las grandes vías que discurre por la demarcación de Tarragona. «Por algún sitio hay que empezar», les decía. Pese a ello, las formaciones que lideran Carles Puigdemont y Laia Estrada defienden que sea la empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), quien asuma la gestión del servicio. «Queremos trabajar en esta dirección», decía la lider de la formación postconvergente, Mònica Sales.
Los partidos, a excepción del PSC, reprocharon la falta de financiación y que durante muchos años se ha priorizado el alta velocidad por delante del tren convencional. «La situación actual es porque hay obras y si las hay significa que se está invirtiendo», argumentó Alberto Bondesio, número 2 del PSC.
Bondesio considera que el camino pasa por «intentar reducir las externalidades» de las obras, y que estas pasen «cuantos antes», aunque reconocía que «todavía no hay una fecha» para el corte previsto a causa de las obras en el túnel de Roda de Berà, que comportará importantes afectaciones para los usuarios del tren de todo este corredor sur.
La candidata de Junts+ Puigdemont per Catalunya afirmaba que la situación actual del servicio de Regionales en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre es «inadmisible». «Mande quien mande, la voluntad del gobierno español es no escuchar a Catalunya», lamentaba. La formación defiende que el trato que reciben los usuarios es un motivo más para seguir por la vía de la independencia y, mientras tanto, apuntó que esta formación mantendrá «toda la presión política» para que acaben ejecutándose las inversiones.
Más control
Por su parte, el cupaire Sergi Saladié quiso dejar claro que muchos de los aspectos en la mesa de debate no son competencia de la Generalitat. No obstante, este defendió que la administración autonómica debería «presentar las denuncias y recursos pertinentes, e incluso explorar la vía penal, porque lo que se está haciendo es inhumano». «La actitud del Govern de la Generalitat debe ser más contundente», decía.
En lo sí que hay unanimidad entre todos los partidos es en la necesidad de impulsar una plataforma segregada para las mercancías, lejos de los núcleos de población. Aquí el representante del Partit Popular, David Chatelain, sacó pecho y recordó como en 2012 «nos quedamos solos defendiendo que las mercancías no tenían que pasar por la costa». Este mostró su «máximo compromiso» para establecer «situaciones de consenso».
Un ‘lobby’ al que también se sumaba la republicana Raquel Sans. «Tenemos que cogernos todos de la mano y llevar este consenso al Congreso», decía. Sans puso en valor el trabajo de esta formación en Madrid para poner esta reivindicación encima de la mesa y lanzó un dardo a su compañero del PSC, después que el Ministerio de Transportes lleva un año de retraso para presentar el estudio vertebrador del sistema ferroviario del Camp de Tarragona, con las propuestas para sacar las mercancías de la línea de la costa. «Espero que sea en la menor brevedad posible», afirmaba al respecto Bondesio.
Mientras tanto, el número dos de Comuns Sumar, Mario Téllez, defendía que hasta que no esté acabada la nueva plataforma los trenes de mercancías «vayan por la línea de alta velocidad». Esta formación es la única que durante el debate introdujo la necesidad de impulsar una empresa pública de autobuses y un Pla Integral de Transport Públic para el Camp de Tarragona, dos instrumentos que deben servir para reducir el peso del vehículo privado, en un contexto en el que todas las expectativas están puestas en la llegada del tranvía.
Tras más de dos horas de debate en las que no hubo ninguna interpelación entre los candidatos y en las que reinó el tono sereno, la portavoz de Dignitat a les vies lamentaba que «algunos partidos, sobre todo los que tienen representación en Madrid, han salido por la tangente y se han mojado muy poco cuando les hemos preguntado si romperían la disciplina de voto en contra de su partido para defender el territorio».
Por su parte, la plataforma Mercaderies per l’interior valoró el «consenso» de las diferentes formaciones para sacar los convoyes de mercancías de la vía de la costa. Su portavoz, Eugeni Sedano, mostró sus dudas sobre la propuesta que presentará el Ministerio de Transporte. «No sabemos si será la suya o la que está aprobada y consensuada desde el territorio», apuntaba, por lo que el colectivo cree que la siguiente fase pasa por la «movilización ciudadana».
Con la alianza con Dignitat a les vies, ambos movimientos esperan que los trenes no caigan de la agenda política. De hecho, el mensaje que les mandó la portavoz de esta plataforma fue claro: «Las elecciones pasarán, pero nosotros seguiremos luchando hasta conseguir una dignidad en las vías».
No estaban en el debate, sin embargo, para intentar mostrar los opiniones de todos los partidos que ahora están representados en el Parlament de Catalunya, el Diari ha preguntado a Cs y Vox sus propuestas en materia de infraestructuras ferroviarias. El objetivo es que las personas que este domingo están llamadas a las urnas puedan tener las propuestas de todos los partidos sobre este tema, igual como de los otros que en los próximos días irá tratando este rotativo.
Por su parte, el cabeza de lista de Vox, Sergio Macián, asegura que la formación es «absolutamente contraria a cualquier cesión autonómica» en cuanto al traspaso de Cercanías.