Usted compra una vivienda al banco de forma legal y, cuando quiere acceder, se encuentra con que le han cambiado la cerradura y no puede entrar. Para más inri, se cruza, en el rellano, con una persona que argumenta haber adquirido el piso por 300 euros y que, además, intenta colarse.
Es el caso real con el que se encontró Andrea Guzmán, una abogada tarraconense del despacho 8Penal Advocats, tras proceder a la compra de un inmueble en el centro de la capital de la demarcación.
Captura de pantalla de una oferta por TikTok. Foto: DT
«Si yo no hubiera sabido cómo actuar, me hubieran okupado el piso y estaríamos aún en proceso de juicio», comenta Guzmán, que añade que, finalmente, pudo mantener su propiedad: «Suerte que me dio por ir justo después de salir del notario, que si llego a ir por la tarde, lo habría tenido metido dentro».
La mecánica de este tipo de mafias es muy similar, y la radiografía Manuel Sosa, que es abogado, experto inmobiliario y exadministrador de fincas en la ciudad: «Los que están organizados son grupos delictivos que han descubierto en el delito de okupación otro filón; no es que estén en Tarragona exactamente, sino que hacen trabajos como abrir pisos por encargo, y se los ofrecen a alguien que saben que necesita una vivienda aunque sea okupada».
Captura de pantalla de una oferta por TikTok. Foto: DT
Son ofertas que incluso se encuentran echando un ligero vistazo por redes sociales como TikTok: «Pisos en Barcelona, la Mina, Tarragona, Salou, estamos por esos sitios», expresa una publicación que, de fondo, muestra un vídeo con una casa okupada. En los propios comentarios de los vídeos, hay perfiles que ya se ofrecen para entrar a vivir al inmueble.
En muchos casos, los anuncios van acompañados de la expresión «con DNI», que, en la jerga de este tipo de grupos, significa que la policía se ha presentado en el inmueble en cuestión –alertada por la alarma o por algún vecino–, ha identificado a una persona (que es la que previamente ha abierto la puerta ilegalmente) y no la ha desalojado, puesto que a veces se necesita una sentencia o auto judicial.
Captura de pantalla de una oferta por TikTok. Foto: DT
En consecuencia, que haya una persona identificada supone que no se la va a desahuciar con rapidez, pues el propietario, si se entera, debe iniciar un procedimiento.
«Compro llave de piso. Urgente», solicita otro perfil. Sosa comenta que este tipo de personas que se cuelan en las casas para cambiar la cerradura y vender la llave «no suelen buscar viviendas con propietarios particulares o familias, salvo que las vean muy descuidadas o dejadas por sus dueños».
«Buscan pisos en promociones o bloques que son propiedad de fondos de inversión o bancos, ya que así no tienen que enfrentarse con los dueños porque los bancos no hacen nada; los problemas que hay son más con los vecinos de la comunidad», indica Sosa.
También desgrana las ‘facturas’ que dejan este tipo de grupos: «Te cobran por abrir el piso, cambiar la cerradura y dejarlo enganchado a la luz y al agua; los precios van desde 300 euros hasta los 2.000». «Normalmente, ya conocen las posibilidades que va a tener cada piso», sentencia.
Desde el Col·legi d’Administradors de Finques de Tarragona (COAFT), Fabià Huguet, su presidente, manifiesta que «este tipo de delincuencia se da sobre todo en Barcelona y seguro que irá llegando con más asiduidad hasta zonas como Tarragona».
«Te cobran por abrir el piso, cambiar la cerradura y dejarlo enganchado a la luz y al agua», Manuel Sosa, abogado y experto inmobiliario
¿Casos de estafa?
A los movimientos sociales tanto de Tarragona como de ciudades del estilo de Reus han llegado casos de personas que denuncian haber sido estafadas por este tipo de mafias: «Nos han venido diciendo que han sido engañados; se creían que les vendían el piso por pagarles un dinero, ya no sé si lo hacían a sabiendas del delito o no...», expone una persona que forma parte de los grupos antidesahucios de la ciudad de Tarragona.
«Vinieron unos okupas al bajo de mi bloque y decían que habían comprado el piso por 700 euros, y yo les dije que, si lo habían comprado por 700 euros, me dijeran dónde, que iba yo a comprar otro para mí; lo que habían hecho era pagar la llave», recuerda.
Otro caso: «Una mujer que dijo que había adquirido un piso por mil euros y estaba extrañada porque le había venido una orden de desahucio». «Muchos se meten, esperan a que les den dinero para irse y, posteriormente, entran en otro piso para que les den dinero otra vez», cuenta esta persona.
Otra indica que hay gente que piensa que esta práctica es legal por la desesperación que tienen y les dan lo que pidan; y luego se encuentran con que están okupando una vivienda cuando les llega una notificación del juzgado.