El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha firmado un decreto que regula los órganos de gobierno de las congregaciones de Setmana Santa de la ciudad. La principal novedad es que limita la duración de los mandatos a cuatro años, con opción a una prórroga de cuatro años más. Por tanto, un presidente solo podrá estar al frente de la entidad un máximo de ocho años. En los casos en que estas limitaciones ya estén superadas –así ocurre en la mayoría de congregaciones–, se deberán convocar elecciones en menos de seis meses.
Esta medida afectará tanto a los nombramientos hechos a propuesta de las entidades como a los de designación directa del arzobispo.
Finalmente, el decreto pide que todas las asociaciones canónicas, tan públicas como privadas, deberán adaptar sus estatutos a esta normativa.
Conflicto en la Sang
Esta decisión llega tras la problemática generada en la Reial i venerable congregació de la Sang de Nostre Senyor Jesucrist en los últimos meses. El pasado mes de noviembre, buena parte de la junta de la congregación decidió dimitir por desavenencias con el prefecto –es decir, el presidente– de la Sang, mossèn Josep Queraltó.
Los miembros de la junta se reunieron con el arzobispo para pedirle el cese de Queraltó. Al cabo de unos meses, un congregante de la entidad acudía a la justicia, interponiendo una demanda contra la Sang y contra la Congregació de senyores de la Mare de Déu de la Soledat, porque, supuestamente, Queraltó había cambiado de nombre la propiedad de la Casa de la Sang a espaldas del resto de la congregación.
El arzobispo Planellas optó por mantener un perfil bajo y envió un comunicado en el que avisaba que no se pronunciaría hasta que los tribunales no resolvieran el caso.
Ahora, el arzobispo ha optado por firmar este decreto, que obligaría a Queraltó a poner su cargo de prefecto a disposición de Planellas.
El prefecto de la Sang lleva al frente de la entidad desde 2015, cuando sustituyó a mossèn Miquel Barberà.
«Una oportunidad»
Queraltó no será el único que perderá su cargo con este decreto. Son muchos los nombres propios de personalidades tarraconenses que llevan años y años al frente de las congregaciones. Raül Font, Francesc Ferrer o Pitu Mosquits, son otros presidentes que deberán someter su cargo a las urnas antes de que acabe el año.
El presidente de la Agrupació d’Associacions de la Setmana Santa de Tarragona, Francesc Seritjol, ha asegurado al Diari que «se trata de un decreto adaptado a la actualidad». Para Seritjol, «las organizaciones deben renovarse. Es una oportunidad para dejar paso a los más jóvenes y para aportar nuevas ideeas».
La mayor parte de presidencias de las congregaciones no estarían de acuerdo con la medida que ha tomado el arzobispo Planellas, según ha podido saber el Diari,
