Las tiendas nocturnas ponen en jaque al Barri del Port de Tarragona

La Associació de Veïns del Barri del Port se ha reunido con el ayuntamiento para denunciar la venta de alcohol en horario nocturno y las molestias que producen los compradores

16 agosto 2023 07:00 | Actualizado a 17 agosto 2023 07:00

Los vecinos del barrio del Port han denunciado públicamente que diversos locales de alimentación con horario nocturno están vendiendo alcohol a partir de las 23 h de la noche, pese a que la ley catalana lo prohibe. Maricarmen Puig, presidenta de la Associació de Veïns del Barri del Port, asegura que «la concentración de gente alrededor de los puntos de venta se ha convertido en un problema, ya que los clientes se quedan bebiendo en la calle, impidiendo el descanso de los vecinos».

De hecho, ya hace tiempo que los vecinos vienen denunciando los problemas de incivismo en esta zona con testimonios que apuntan a peleas y sexo en el espacio público. Como resultado de esta actividad, los vecinos conviven cada mañana con «desperdicios tirados por el suelo, orines e incluso defecaciones».

Puig cuantifica hasta cinco locales que abren más allá del horario habitual y este tipo de negocio «no deja de crecer un la zona», produciendo que mucha gente ebria acuda a este barrio. Las calles Apodaca, Rebolledo, y Orosi serían las que generan más problemas, según detalla la presidenta. Para hacer frente al problema, los vecinos recurren habitualmente a la Guàrdia Urbana, pero esta les habría transmitido que «es difícil penar a los locales que venden alcohol si no estas presente en el momento de la transacción».

En días con fiesta en la ciudad, como el último fin de semana, los vecinos afirman que «la actividad se intensifica». Ahora desde la asociación miran preocupados a Santa Tecla, con el temor de que esta zona se pueda masificar aún más.

Un voto de confianza

La asociación y otros miembros del barrio como la Xarxa de la Marina pidieron una reunión con el ayuntamiento a través del regidor de barri, en este caso, Montse Adan. Maricarmen Puig afirma que salieron contentos con el conocimiento que tenía Adan sobre su barrio, pero no tanto con la respuesta del gobierno. El consistorio asegura «no tener una normativa municipal que regule esta actividad, pero tendrán la petición en cuenta para hacer inspecciones»

Desde el ayuntamiento les han recordado que la Guàrdia Urbana incorporará 24 nuevos agentes, pero la asociación pide «una comisaría en el barrio», dadas las problemáticas que este genera. Puig apunta a la zona junto a la estación para la posible ubicación de esta.

Con todo, representantes vecinales y ayuntamiento han acordado abordar de nuevo la situación en septiembre. Puig explica que «muchos vecinos apuestan por hacer grandes movilizaciones», pero han decidido frenarlas hasta la nueva reunión.

Si sus demandas no se cumplen, la asociación podría promover acciones como las que hicieron en 2019. La presidenta considera que así podrían «reclamar la atención mediática y política que consideran que merece la situación en el barrio».

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