La Unitat d’Igualtat de la Universitat Rovira i Virgili (URV) ha recibido 12 denuncias en dos años, desde la puesta en marcha, durante el curso 2019-2020, del protocolo de prevención y actuación del centro. Esta cifra se conoció el pasado mes de noviembre, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en el que se detalló que fueron cinco denuncias por acoso sexual, tres por agresiones sexuales y cuatro por conductas de menosprecio hacia las mujeres.
En todos los casos, las personas denunciadas fueron hombres: cinco estudiantes, cuatro del personal docente e investigador y tres que no pertenecían a la comunidad universitaria; ocho denuncias fueron individuales, todas de mujeres, y una fue colectiva.
El protocolo de prevención y actuación en el ámbito de la violencia machista y contra LGTBI que afecte a los estudiantes de la URV se puso en marcha en el curso 2019-2020 a través de su Unitat d’Igualtat. Los objetivos del este documento son prevenir la aparición de la violencia física, psíquica, sexual, machista y contra el colectivo LGTBI entre los miembros de la comunidad universitaria. También pretende servir para actuar contra estas conductas descritas, investigarlas, hace su seguimiento, determinar las responsabilidades y, si procede, proponer la incoación de un expediente disciplinario. Por último, acompaña a las víctimas a lo largo de todo el proceso, les ofrece las medidas preventivas para protegerlas, así como la información necesaria para evitar su indefensión.
La persona afectada debe ser estudiante de la URV y el autor de la conducta debe ser miembro de la comunidad universitaria. La conducta violenta debe producirse dentro del ámbito organizativo o de prestación de servicios de la universidad. Es decir, dentro de cualquier espacio de los campus o de las instalaciones universitarias y fuera de éstas siempre que los hechos tengan lugar en el marco de una actividad o de un servicio organizado por la URV y se considere que la integridad física o moral de la víctima está en peligro. O en redes sociales, cuando se utilicen perfiles, correos electrónicos y entornos virtuales de la URV.
Primero, la denuncia
El procedimiento de actuación de este protocolo es sencillo. Cuando una persona considere que hay indicios de una conducta de las previstas en los apartados 2 y 4 del protocolo, puede formular una denuncia, por escrito o verbalmente, ante la Unitat d’Igualtat de la URV, la cual lo comunicará a la presidencia de la Comisión de Intervención en Casos de Violencia contra los Estudiantes (CIVE), que nombrará un o una ponente.
Este ponente recibe a la persona denunciante y actúa como unidad de apoyo y asesoramiento de la persona presuntamente acosada y le informa sobre el protocolo. Si existen indicios de una conducta violenta, discriminatoria o de acoso, la comisión informará al rector/a para que incoe un expediente informativo y designe un instructor.
Si, finalmente, el rector recibe un expediente positivo por posible conducta violenta, discriminatoria o de acoso, decidirá sobre la incoación de un expediente disciplinario y la aplicación de medidas preventivas, si fuesen necesarias.
En general, según el último informe elaborado por la Red de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria, las personas denunciantes prefieren alguna actuación informal para que cesen los comportamientos por parte del agresor y no abrir un procedimiento que pueda conducir a una sanción.
Los casos de violencia machista, de acuerdo con la Red, no se suelen cerrar con la gestión burocrática de los mismos, sino que con frecuencia requieren mantener en el tiempo apoyo psicológico, jurídico o de gestión académica.