Todos los examinadores de la provincia de Tarragona, nueve en total –son once, pero uno estaba de permiso y otro, de baja–, apoyaron ayer la primera jornada de huelga convocada por el sector. Así lo aseguró el representante de la Asociación de Examinadores de Catalunya –y de los de Tarragona–, Gustavo Palma, quien considera que el consenso en el seguimiento de la reivindicación laboral «demuestra que hay gente que está muy afectada por las actuales condiciones».
En total, ayer se quedaron sin poderse examinar en Reus –que era la localidad donde ayer se debían llevabar a cabo las pruebas prácticas– unos 120 alumnos. El próximo miércoles los tests se realizarán en Tortosa, mientras que el siguiente lunes será el turno de la ciudad de Tarragona. «Esperamos que antes del 19 de junio –que es la próxima fecha en la que está prevista una nueva jornada de huelga– hayamos llegado al acuerdo que hace diez años que nos prometen», indica Palma, quien especifica que las peticiones de los examinadores son las de «actualizar» su actual complemento específico en unos 200 euros al mes.
«Ahora la diferencia entre ser examinador o estar en oficina es de cincuenta euros, con la peligrosidad que esto comporta y el hecho de estar casi todo el día en la carretera», remarca el representante de los examinadores, quien cree que «el momento de ejecutar las mejores prometidas es ahora o nunca». Por ello, ayer acudió a Madrid a protestar por sus condiciones de trabajo.
Resignación e incertidumbre
Los alumnos y profesores de autoescuela ya estaban avisados de lo que podía pasar. Antes de las 8 de la mañana se presentaron en Reus con la intención de examinarse. Pero ninguno de los examinadores se presentó, lo que obligó a suspender todas las pruebas previstas a lo largo del día, unas 120, según el vicepresidente de la Federación de Autoescuelas de Catalunya, Joan Sala.
Entre los alumnos imperó la resignación y la incertidumbre. No saben cuándo podrán subir a examen y desde la federación alertan de que el colapso puede ser importante. Antes de las 8 de la mañana, cerca de una decena de coches de diferentes autoescuelas de la demarcación se citaban en Reus. Debían presentarse porque no sabían qué incidencia tendría la huelga. Si no lo hacían y algún examinador iba a trabajar, los alumnos perdían una convocatoria.
Los alumnos debían presentarse, pues si algún examinador iba a trabajar podían hacer la pruebaMuchos llegaban resignados, con la idea asumida que no podrían examinarse. «Ya venía más o menos preparado; ayer –por el jueves– en la autoescuela ya nos avisaron de la situación», explica Sergi Andreotti, quien tiene 19 años, está estudiando mecánica y necesita el carnet de conducir para trabajar. Con la convocatoria de huelga, no sabe cuándo podrá volver a examen.
En una situación similar se encontraba Aaron Aiguaviva, que ha hecho ya tres intentos de ir a examen y en todos los casos le han suspendido la prueba. «Dicen que hay falta de examinadores», apunta. Él tampoco sabe cuándo podrá volver a examinarse y reconoce que la situación le está afectando anímicamente. De momento, le han dicho que el 14 de junio lo podrá volver a intentar. Al menos, para ese día no hay convocado ningún paro.
Para Noemí García también el carnet de conducir es sinónimo de trabajo. El lunes debía comenzar en su empleo y necesita el coche para desplazarse. Como no se pudo examinar, deberá decir que no al trabajo. Además, tiene cuatro hijos y reconoce que el coche sería de gran ayuda para desplazarse y hacer trámites. «Esta situación me afecta mucho, sobre todo por el trabajo, ya que tendré que dejarlo», explicaba.
Piden un acuerdo
Son las voces de algunos de los afectados por la primera jornada de huelga de los examinadores en Catalunya, pero se prevé que el impacto de la protesta sea muy importante. Según UGT, en las veinte jornadas previstas (entre junio y julio) se pueden llegar a suspender 29.120 exámenes de conducir (2.500 en Tarragona).
Esto, sumado a una falta de efectivos en toda Catalunya, hace que la situación de colapso sea complicada. Así lo certifica el vicepresidente de la Federación de Autoescuelas de Catalunya, Joan Sala, que afirma que faltan examinadores en todo el país y reclama a la Dirección General de Tráfico y al Ministerio del Interior que se sienten a negociar con los sindicatos para evitar más jornadas de huelga.
Considera que en Catalunya además se vive un «agravio comparativo», porque es «un territorio poco atractivo» para los examinadores y no se cubren las vacantes.
Sala afirma que entienden las reclamaciones de los examinadores –«trabajan bajo mínimos», asegura– pero alerta de que la situación puede ser muy complicada para las autoescuelas, donde se crearán listas de espera que pueden hacer que algunos alumnos tengan que esperarse hasta septiembre para ir a examen. «Esta protesta fue el certificado de defunción para las autoescuelas», advierte.
Por ello, insta a las partes a negociar y evitar que el próximo día convocado, el 19 de junio, se vuelva a repetir la situación.
En la misma línea se expresaba el presidente de las autoescuelas de la provincia de Tarragona, Carles Oliver, que ya se esperaba que la huelga fuera un éxito, y anima a los alumnos a matricularse en las autoescuelas, ya que «aunque no haya acuerdo, sí que habrá exámenes durante este verano, por lo que tendrán que hacer horas al volante».