La Diputació de Tarragona podría quedarse con la antigua sede de Caixa Tarragona, en la Plaça de la Imperial Tarraco, que desde el pasado mes de junio está en un proceso de venta por parte del BBVA. El organismo que preside Noemí Llauradó no cierra la puerta a esta opción, teniendo en cuenta que mantiene el derecho de tanteo y retracto, que podría plantarse ejercer si finalmente acaba concretándose alguna de las ofertas que ahora mismo estarían encima de la mesa.
El proceso de compraventa no está cerrado, sin embargo, la entidad bancaria que preside Carlos Torres habría recibido varias ofertas para quedarse con un edificio que está cerrado desde el año 2020. La ubicación es uno de los principales atractivos de un inmueble con cinco plantas, un ático y tres plantas soterradas que habría despertado el interés de varios inversores en los últimos meses.
Entre las opciones que han trascendido está la posibilidad de instar un negocio hotelero, con un casino y un bingo en la planta baja. Una posibilidad que despertó cierto revuelo en la ciudad, ya que se criticó el hecho que un edificio histórico como este acabara convirtiéndose en un espacio dedicado al juego.
Si bien el planeamiento urbanístico lo permitiría, uno de los principales handicaps es que el inmueble no dispone de aparcamiento y las plantas soterradas no están preparadas para dicho fin. Esto limita las posibilidades de un inmueble, que suma alrededor de 7.000 metros cuadrados, y que la Diputació podría aprovechar para ampliar las dependencias del edificio Síntesi.
Desde el año 2013
De hecho, en su momento ambos inmuebles ya formaban parte de un todo. No obstante, cuando en el año 2013 se acabó el proceso de reestructuración bancaria fruto de la fusión de Caixa Tarragona con Caixa Catalunya y Caixa de Manresa, el organismo que en aquellos momentos presidía Josep Poblet ya decidió comprar las dependencias de la calle Pere Martell a la antigua Caixa Bank.
En aquellos momentos, la Diputació de Tarragona pagó 8,8 millones de euros por un edificio de casi 11.000 metros cuadrados, que permitía concentrar en unas mismas instalaciones algunos de los principales servicios de este organismo, que en aquellos momentos estaban dispersos por la ciudad.
El grueso de las nuevas instalaciones lo pasó a ocupar BASE, que tenía importantes problemas de espacio y hoy ocupa dos plantas. En cuanto a las otras tres, una está destinada a la unidad de carreteras, mientras que las otras dos son para los servicios de asistencia a los municipios. Además de las dependencias administrativas, la planta baja se habilitó como auditorio.
Si finalmente acaba concretándose la compra, algunos de los servicios que ahora mismo están en el Passeig de Sant Antoni podrían trasladarse a las nuevas dependencias, dejando este edificio como sede institucional.
Construido a la segunda mitad del siglo XIV, el Palau de la Diputació alberga la presidencia, además de los servicios de intervención, tesorería, secretaría, personas y talento, TIC, cultura, gestión de centros, proyectos europeos y región del conocimiento.
Conocer la oferta
En estos momentos no hay nada cerrado y desde la Diputació se asegura que «cuando llegue la oferta se valorará». Y es que antes tendría que cerrarse la compraventa con un tercero para que pueda estudiarse si se ejercerá este derecho de tanteo y retracto.
El estado actual del inmueble no se corresponde para nada con el peso económico que jugó hace unos años. En los últimos tiempos, las palomas y la suciedad se han adueñado de unas instalaciones que durante muchos años simbolizaron el poder financiero de este territorio.
Inaugurado en el año 1975 como sede de la Caja de Ahorros Provincial de Tarragona, es la historia viva del proceso de transformación que ha vivido el sector financiero durante este milenio. BBVA se quedó con las instalaciones cuando compró Caixa Bank, que ya había trasladado una parte de las oficinas a Barcelona. Finalmente, el 16 de febrero de 2020 cerró la oficina bancaria.