Oposición del sector turístico de la Costa Daurada a la polémica regulación de pisos turísticos aprobada por decreto por la Generalitat. La nueva norma ha impactado con estrépito en los principales ayuntamientos turísticos y también en el propio sector, preocupado por la inseguridad jurídica que pueda provocar y por el impacto en la economía. Fue una de las ideas surgidas en la mesa redonda ‘El futur turístic de la Costa Daurada’, organizada por el Diari, con la participación de diversos agentes del territorio.
Tomaron parte Carlos Brull, presidente del Patronat de Turisme de la Diputació; Pere Granados, alcalde de Salou; Camí Mendoza, concejal de turismo de Cambrils; Lluïsa Clavé, concejal de turismo de Vila-seca; y Berta Cabré, presidenta de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de la província de Tarragona (FEHT).
El evento sirvió para repasar los retos de un sector que ha consensuado caminar hacia la sostenibilidad y la desestacionalización pero que también encara temas espinosos: la enésima reivindicación para concretar cabo Hard Rock, la reclamación de mejores infraestructuras y la voz de alarma por la regulación de pisos turísticos.
«No estoy nada de acuerdo. Se ha tomado una decisión sin tener en cuenta a los municipios. Espero que algún juez lo tumbe. Afecta a la economía. El turismo en Salou nace de los apartamentos turísticos. Al final haremos que la gente alquile de forma clandestina», sostiene Pere Granados.
El edil recalcó que «se está quebrantando el principio de igualdad, quizás Barcelona sí necesita una regulación pero no se puede extender eso a todos los municipios». Esta nueva regulación obligará a un drástico recorte de este tipo de apartamentos y Salou estará entre los núcleos más afectados. «Es un decretazo muy malo para el territorio, que hará que la gente no invierta», lamentó en el turno de preguntas del acto Quim Cristià, vicepresidente de la FEHT.
Berta Cabré, desde la Federació, aludió «a la indefensión jurídica de los propietarios de los establecimientos, ya que tiene que haber unas reglas de juego claras».
Por su parte, Mendoza, desde Cambrils, reconoció que «afecta muchísimo, aunque es una buena herramienta». Admitió que «hay una necesidad de regular, tenemos que esperar a la letra pequeña y esto al final se irá modulando».
«La vivienda es una emergencia»
Defendió la norma Carlos Brull, también alcalde de Falset, por haberse convertido «la vivienda en un tema de emergencia» que hay que regular, en ese equilibrio con los pisos turísticos: «¿Cuánto puede cobrar una persona en el sector turístico? ¿1.400? ¿1.500? Si tiene que pagar un alquiler de 700 euros, ¿cómo lo hace?».
Le respondió Pere Granados, incidiendo en que debe ser la administración pública la responsable de crear vivienda asequible, por ejemplo a través de protección oficial, pero no en detrimento de los establecimientos turísticos.
El otro punto caliente fue Hard Rock, el proyecto de ocio que no termina de concretarse. Se debatió alrededor de su encaje. El sector turístico, desde los ayuntamientos hasta los agentes privados, lleva tiempo reclamándolo. «Estamos esperando la aprobación definitiva del PDU, que no llega nunca. Esperamos que lo haga pronto. Es un proyecto necesario para Salou, para toda Tarragona y para Catalunya. El casino es la anécdota. Nos traerá una distinción de ‘shopping’ que hoy en día no tenemos, además de la creación de muchos puestos de trabajo», explicaba Granados.
«Ha faltado liderazgo político»
Cabré denunciaba que «ha faltado liderazgo político, es verdad que los proyectos se tienen que modular desde que nacen, pero tenía que haber habido decisión e impulso político. El consenso nunca será global. El territorio ve bien Hard Rock, nos posiciona, nos abre la puerta a desestacionalizar. Alguien tiene que coger la bandera, y tiene que ser el Govern, cuyo liderazgo ponemos en duda».
Lluïsa Clavé, desde Vila-seca, indicaba que «no es fácil sacar adelante un proyecto de esta magnitud. Falta este PDU, pero tenemos plena confianza». Brull defendió los procesos: «Hard Rock es una buena inversión pero se tiene que hacer bien, y eso es mucho trabajo, porque hay que alcanzar muchos consensos. Cuando llega un proyecto a la administración, no siempre se dan las garantías de que aquello interesa, hay que mirarlo con lupa, se tiene que buscar la letra pequeña». Mendoza se mostró a favor del proyecto pero reconoció que «tiene que ser una decisión bien tomada por el territorio».
La otra reclamación más palpable tuvo que ver con el déficit de infraestructuras. Berta Cabré fue crítica: «Falta una visión de área metropolitana. Alucino cuando veo que estamos donde estábamos hace mucho tiempo. Se ha hecho buen trabajo con el aeropuerto pero se le podría dar más actividad. Seguimos esperando las mercancías por el interior. Proyectos como la intermodal llegan pero lo hacen tarde». Granados criticó que «falta liderazgo civil y empresarial», lamentó la marcha de la aerolínea Binter de Reus y criticó «que la estación del AVE esté en Perafort en lugar de en el aeropuerto, que es donde debería».
Brull defendió que «el aeropuerto ha recuperado la actividad comercial de forma rápida y es clave para garantizar la desestacionalización, aunque tenemos que hacer un acompañamiento para que haya una base», en relación a los meses de invierno sin vuelos.
El edil dijo que el «aeropuerto es amable para el visitante pero pincha en conexiones, una vez sales de la puerta». Y, eso sí, lamentó las carencias ferroviarias: «Seguimos tardando tres horas para ir de Falset a Barcelona en tren».
El sector sacó pecho de su progreso hacia la desestacionalización. «El turismo de aquí a cinco años tiene que ser de calidad y sostenible, y con acciones concretas, más allá de los eslóganes», apuntó Brull. Lluïsa Clavé, concejal de turismo en Vila-seca, resumió: «Nos tenemos que centrar en un turismo sostenible. Vila-seca se prepara para cinco años repletos de grandes obras y proyectos, para una transformación importante que fomente un turismo sostenible, económico y medioambiental, y en coherencia con las políticas urbanísticas».
Los retos de afrontar el cambio climático y la sequía
No se entiende la previsión de futuro del turismo de la Costa Daurada sin el cambio climático ni la sequía. También aquí puede haber oportunidades para la desestacionalización. «Posiblemente en los meses de verano quizás baje el número de visitantes pero nos beneficiaremos el resto del año. Tenemos que buscar perfiles de familias diversas, aquellos que no tienen hijos, que nos pueden visitar todo el año», dijo Pere Granados, alcalde de Salou, que añadió: «Más vale estar al 80% durante 11 meses que al 100% durante dos».
Berta Cabré dijo que «no dejarán de venir los turistas por que haga demasiado calor aquí sino porque hará más en sus lugares de origen, así que tendremos que adaptar la experiencia a temperaturas más altas y a la sequía. No estamos preparados».
La escasez de agua preocupa sobremanera al sector. Carlos Brull sostiene que «la sequía en el interior aún golpea de forma más tremenda y puede llegar a hacer desaparecer nuestra forma de vida». De ahí que, en otro clamor unánime, el sector pida a la Generalitat una política clara y y previsora de la gestión de agua.