El exalcalde de Riudoms, expresidente del Port de Tarragona, diputado y portavoz adjunto en el Congreso por Junts per Catalunya, Josep Maria Cruset, era uno de los participantes ayer en la concentración de payeses en los accesos a las instalaciones portuarias. Para Cruset, la movilización en este punto de la ciudad representa «un altavoz del malestar del sector».
El expresidente del Port boicoteando el Port.
No es un boicot, todo lo contrario. De hecho, la ganadería, que es del sector primario, requiere del Port de Tarragona para poder proveerse de cereales cuando la cosecha nacional no es suficiente, para poder mantener las granjas. Por tanto, no es una movilización en ese sentido. Es una manera de hacer notar en el territorio, en el país, la reivindicación del sector, que está viviendo una situación absolutamente extrema y al límite.
Entonces, ¿por qué justamente el Port?
La protesta de hoy es absolutamente transversal. Los que estamos aquí en condición de agricultores y yo soy uno de ellos, estamos para hacer notar nuestra profunda preocupación por lo que estamos viviendo. Lo hacemos notar en una infraestructura clave para el país y que, por tanto, al pararla durante un día tiene repercusión, es un altavoz enorme.
¿La protesta es hoy por la competencia desleal?
Uno de los problemas, evidentemente, es que llegan productos de otras zonas del planeta sin tener las mismas exigencias sanitarias que deben tener los nuestros. No obstante, llegan por otras vías, no por el Port. Pero también la sequía, que no ha sido atendida con suficiente antelación para resolverla; la burocracia, con la que la agricultura está saturada por la exigencia del Govern de la Generalitat de todos los trámites que se tienen que hacer. O los problemas de ayudas, que llegan tarde e insuficientes para poder tirar adelante en el día a día. Finalmente, no se defiende el precio de los productos catalanes para poder vivir dignamente de la tierra. A menudo, lo que cobra el payés está por debajo del coste de producción.
Pero la sequía no tiene una fácil solución.
No es tan difícil. Por ejemplo, el sector de los frutos secos del Baix Camp es uno de los principales productores de avellana en el sur de Europa. Hace prácticamente dos años que reivindicamos que el agua del pantano de Riudecanyes se estaba agotando y que no sería suficiente. Existe una solución técnica fácil: la depuradora de Reus desperdicia anualmente una vez y media el volumen de este pantano y los agricultores pidieron que se ejecutara la obra necesaria para que el agua que sale por el final del proceso de depuración se subiera a la cabecera del canal de riego y así se pudiera mantener toda la agricultura del Baix Camp. El Govern no lo atendió.
¿Y ahora, que ya no tiene apenas agua?
Ahora, dos años después, han empezado los trámites. Lo está haciendo por vía ordinaria, cuando el sector está pidiendo que se haga por la vía de urgencia y reducir a la mitad los plazos. Por tanto, lo que podría haber estado en funcionamiento este verano o como mucho el que viene, no estará hasta el 2027. ¿Dónde estaremos los payeses si de aquí al 2027 no hay soluciones que resuelvan el problema de la sequía?