Cuando la aprobación de las normas transitorias subsidiarias está encarrilada, Tarragona pone los contadores a cero para iniciar la redacción del nuevo Pla d’Ordenació Urbanística Municipal (POUM), un documento que debe servir para subsanar definitivamente la crisis generada en otoño del año pasado, cuando se daba a conocer la sentencia del Tribunal Supremo que anuló el planeamiento de 2013.
Esta fase de debate arrancará este mismo mes de octubre. El Ayuntamiento dejará pasar el próximo pleno antes de convocar una comisión monográfica de Territori, con la participación de todos los partidos, que tendrá lugar «la última semana de mes» y en la que se empezará a abordar este debate de ciudad.
De hecho, el Gobierno municipal asegura que a nivel interno del Ayuntamiento ya se ha iniciado esta fase previa. Así lo avanza el concejal de Territori, Xavier Puig, quien afirma que los técnicos municipales «ya están trabajando» en el avance del POUM, que será el «hueso» a partir del cual se dotará de contenido el futuro plan. «Es un protoPOUM, con los criterios, líneas y los principales ejes de crecimiento», indica el edil republicano.
Será un primer borrador, «sin entrar en los detalles», que se complementará a partir de la fase de deliberación política y con las sesiones de participación ciudadana. Esta parte será la que deberá marcar el crecimiento de la ciudad de cara a los próximos años, un aspecto que no será sencillo ya que las diferencias entre los partidos son profundas en materia de urbanismo y de modelo de ciudad.
Sin embargo, hay un sector que todo apunta que será el gran protagonista de este debate político, y este no es otro que Horta Gran. Este es un ámbito que en el anterior POUM ocupaba una superficie de 108 hectáreas entre el margen izquierdo del Francolí hasta Torreforta, un sector en el que se proyectó la construcción de hasta 5.979 viviendas, que debían «rellenar» el gran hueco desde la rotonda de la antigua carretera de Valencia, hasta la T-11.
En aquellos momentos, se priorizó el crecimiento por Llevant y, por tanto, urbanizaciones como La Budellera y la Vall del Llorito se introdujeron en el primer sexenio. En cambio, Horta Gran se dejó para el último. Y ahora hay formaciones que piden que este sea el gran sector de crecimiento de la ciudad, de cara a los próximos años. Una de estas es Esquerra Republicana, el partido que tiene la cartera de Territori y que apuesta por crecer en esta dirección, en lugar de hacerlo por Llevant. «Queremos que la ciudad crezca desde dentro y hacia el centro, porque en términos de valor humano, el río es el centro que conecta con Ponent y la zona Norte», defiende Puig.
También son partidarios de priorizar este plan En Comú Podem y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), que apuntan que es un sector que contribuirá a la «cohesión» de ciudad, facilitando la «conversión» de la T-11 y la N-340 «en vías urbanas».
Llevant
Por contra, el PSC defiende que este entorno alrededor del Francolí debe ser «la gran despensa» de la ciudad, y esto pasa por «preservar el ecosistema» y potenciar los espacios con huerta, teniendo en cuenta la antigua función que tuvieron estos terrenos.
Los socialistas descartan la opción de la Horta Gran y aunque no mencionan directamente que debe crecerse por el costado de Llevant, si que hablan de la necesidad de «nuevos crecimientos para que los jóvenes no se marchen y que sean asequibles, con un parque de vivienda social, y que puedan estar en los mejores sitios de la ciudad en los que puede construirse». Esto llevaría a recuperar planes como el de La Budellera, que estaba en fase de tramitación cuando se anuló el POUM, después que los propietarios de los terrenos habían presentado una nueva versión del proyecto.
Quien sí habla de recuperar este proyecto es el grupo municipal del Partido Popular, que aboga por «conservar y aprovechar los planes parciales que estaban en tramitación».
Por su parte, Junts per Tarragona no ha descubierto sus cartas y esto es significativo teniendo en cuenta que cuando estaba a la oposición había mantenido diferencias en materia urbanística con sus actuales socios de gobierno.
Mas allá de las consideraciones políticas, hay aspectos técnicos que tendrán especial relevancia en la redacción del nuevo POUM y que pueden tener una incidencia muy importante de cara a la fotografía final. Es el caso de todos aquellos elementos relacionados con los principios de sostenibilidad y cambio climático, que la otra vez prácticamente pasaron desapercibidos y que pueden acabar condicionando algunas de las decisiones, ya que, precisamente Horta Gran es un sector que estará condicionado por los estudios de inundabilidad.
En la misma línea de consideraciones, también se prevé un endurecimiento de los ‘requisitos’ por parte de Protecció Civil, a raíz de la explosión de IQOXE del 14 de enero de 2020.
Participación ciudadana
En cuanto a la fase de redacción, el Ayuntamiento quiere dar especial protagonismo. «Consideramos que es un tema super importante y, por tanto, no pudimos entender que cuando hubo quien propuso recuperar el POUM de 2013 a partir de su aprobación inicial, pretendiera saltarse este paso», añade Puig.
Desde el Ayuntamiento aseguran que ya se están haciendo los pliegues para contratar a la empresa que se encargará de esta parte, para que a lo largo del año que viene pueda ponerse en marcha este proceso. Y es que, más allá de los agentes económicos y sociales, que habitualmente están invitados en este tipo de sesiones, quiere abrirse la participación a colectivos que «habitualmente no están, pero que deberían estar». Es el caso de las personas mayores, las personas con discapacidad y los niños. «El Consell d’Infants de Tarragona debe poder decir cómo quiere la ciudad», argumenta el tercer teniente de alcalde. Entidades vecinales, ecologistas y especialistas en medio ambiente son otros de los grupos que quieren escucharse por tal de definir la ciudad del futuro.
La última vez que se abordó la redacción de un POUM se tardaron más de trece años para su aprobación definitiva. Una mala experiencia que nadie quiere repetir y que en esta ocasión la ciudad no puede permitirse, ya que las normas transitorias tienen un carácter temporal, que no podrá prolongarse. «No partimos de una hoja en blanco, sino del POUM de 13 despojado de los principales planes que generaban controversia, por lo que se trata de generar formulas para el acuerdo y que nos permitan tirarlo adelante», indica el responsable municipal de urbanismo.
El anterior documento se redactó en un momento de burbuja inmobiliaria y proyectó la construcción de 33.845 viviendas para una ciudad de 185.000 habitantes en el año 2030. La cifra de población en 2020, según datos del Idescat, era de 136.496 personas.