La Junta de Personal de la Administración General del Estado ha denunciado que el personal que trabaja en la Capitanía Marítima de Tarragona está sufriendo un “riesgo en materia de salud laboral” porque hace ocho meses que el edificio no se limpia. Según han afirmado en un comunicado, las dependencias “son insalubres” y no se pueden utilizar ni los vestuarios ni las duchas, “hay palomas y roedores muertes, proliferan los insectos y se acumula el polvo y la basura en las instalaciones”. El origen del problema es que en septiembre la administración rescindió el contrato a la empresa de limpieza por impagos a los trabajadores. Fuentes del Estado han reconocido la situación y han afirmado que se solucionará las próximas semanas.
El servicio de limpieza estaba subcontratado por una empresa privada, que dejó a deber varias nóminas y dio de baja de la Seguridad Social a los empleados. A raíz de esto, la administración le rescindió el contrato. Entonces, intentó subrogar el servicio a otra compañía, pero esta no se quiso hacer cargo de las deudas acumuladas y no se solucionó el conflicto. La solución que hay en marcha es la de encomendar el servicio a una empresa pública.
Con la rescisión del primer contrato, Capitanía Marítima decidió cerrar el centro al público y dejar a los usuarios sin atención presencial. Así mismo, se permitió que los empleados teletrabajaran, si bien muchos tienen que acabar yendo al edificio para hacer algunas tareas. Especialmente los inspectores, que durante este tiempo no han podido “utilizar ni los vestuarios ni las duchas del centro después de volver de hacer las inspecciones en el mar por la evidente falta de higiene en los servicios”, han denunciado los representantes de los trabajadores.
A raíz de todo ello, la delegada sindical y varios trabajadores pusieron varias denuncias a inspección de trabajo, que requirió a la administración que arreglara la situación. Los empleados han asegurado que durante estos ocho meses tan solo se han impulsado dos limpiezas puntuales de las instalaciones y que son los mismos trabajadores los que tienen que limpiar las dependencias. Fuentes del Estado, en cambio, indican que también se han hecho tratamientos de desinsectación y desratización.