Quedan escasos días para que el Fortí de Sant Jordi abra sus puertas al público, tras la intervención de acondicionamiento del interior que se está llevando a cabo desde mediados del pasado mes de julio. Pese a ello, el potencial que podría tener el recinto, en un espacio inmejorable en cuanto a sus vistas sobre la ciudad, se ha visto mermado respecto al proyecto que presentó el pasado mes de marzo el anterior ejecutivo.
En aquellos momentos se aseguró que el antiguo baluarte, construido por los ingleses durante la Guerra de Sucesión, podría acoger una programación estable, con actividades de carácter social y cultural. Pese a ello, estas deberán limitarse a eventos de pequeño formato, ya que las condiciones del recinto establecen que el aforo máximo permitido es de 25 personas.
Esta zona de defensa tan solo cuenta con un acceso, que precisamente es una de las partes sobre las que debía actuarse para hacerlo seguro. Asimismo, al tratarse de una construcción catalogada como Bé Cultural d’Interès Nacional (BCIN) el Ayuntamiento no puede intervenir, lo que impide que pueda habilitarse una salida de emergencias. «No habrá programación ni puede hacerse prácticamente nada, más allá de que sea visitable para la ciudadanía en general», afirma el concejal de Patrimoni, Nacho García.
No se descarta que algún acto de carácter institucional pudiera llegar a celebrarse aquí, igual que durante la pandemia se hizo en el Fòrum de la Colònia. No obstante, con el aforo previsto ni siquiera podría organizarse un pleno en su interior. Más allá, García afirma que «es un proyecto sin un uso posterior, porque nadie lo definió en su momento». De hecho, inicialmente incluso se había asegurado que en el interior se instalaría un pequeño escenario y se abrió la posibilidad de que más adelante, en una segunda fase, se harían las intervenciones pertinentes para que pudiera haber baños, lo que ha quedado completamente desestimado viendo las posibilidades que ofrece.
El edil socialista confirma que, tan pronto como acaben los trabajos que se están realizando, el Fortí de Sant Jordi será «visitable» de cara a la ciudadanía «como un monumento». Esto implica que la gente podrá entrar y disfrutar de este mirador privilegiado o sentarse en alguno de los bancos. Pese a ello, el acceso permanecerá cerrado por las noches.
Los trabajos de acondicionamiento se habían previsto que estarían acabados para esta Santa Tecla, pero han sufrido una ligera demora. Las pérgolas interiores están en su sitio y la última parte que quedaba por acabar hace referencia a la mejora del acceso, donde tenía que colocarse una barandilla de seguridad y reforzar la estructura existente.
La inversión total de las intervenciones programadas asciende a 200.000 euros y la empresa encargada de estos es Rècop Restauracions Arquitectòniques.
