A las puertas de las celebraciones navideñas y de los excesos que comportan, los últimos datos de siniestralidad muestran la incidencia que aún tiene el consumo de sustancias en la conducción. La mitad de los fallecidos en tráfico durante el año pasado en Tarragona habían tomado alcohol o drogas. De los 50 muertos, 27 habían consumido algún tipo de sustancia. El alcohol sigue siendo el componente más común: 15 lo habían tomado, mientras que ocho resultaron positivo en drogas y cuatro en psicofármacos. Son los datos extraídos de la última memoria del Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses de Catalunya. Por tanto, algo más de la mitad de esos fallecimientos fueron de personas que habían consumido, elevándose un porcentaje que en los últimos años se situaba en el 41%.
Batalla de la administración
A su vez, también es superior a la proporción de conductores o peatones fallecidos en el global de Catalunya a los que se les detectó alcohol, drogas o psicofármacos: un 39%, cuatro de cada diez.
La batalla contra el alcohol y las drogas sigue centrando buena parte de las preocupaciones de las autoridades. Hace unas semanas el Servei Català de Trànsit puso en marcha una nueva campaña de concienciación viaria centrada en las consecuencias penales y personales de las infracciones e imprudencias graves en la conducción.
El consumo de alcohol o drogas, junto con las distracciones por el móvil o el exceso de velocidad, es uno de los factores principales. De hecho, el foco en las próximas semanas está puesto en la lucha contra ese consumo.
Del 14 al 22 de diciembre, los Mossos d’Esquadra y las policías locales desplegaran una campaña específica centrada en alcohol y drogas, según informan desde el Servei Català de Trànsit. «Durante el año se van haciendo campañas pero ahora en concreto una de las cosas que se tienen en cuenta son las comidas y las cenas de empresa. Por eso se empiezan ahora controles muy enfocados en esos días que son previos a lo que son las celebraciones navideñas», explican desde Trànsit.
«Preocupación por el aumento»
El Servei ha reconocido en los últimos años su «preocupación por el incremento en el consumo de drogas y psicofármacos entre los conductores muertos».
Trànsit, que para la verbena de Sant Joan, en verano, realiza campañas, similares, recuerda que el consumo de alcohol y drogas y la conducción son totalmente incompatibles y que la única tasa segura es 0’0%. El servicio remarca que aunque se circule con una tasa de alcoholemia dentro de los márgenes legales permitidos, el riesgo de accidente se puede incrementar.
Mario Arnaldo, presidente de la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA), apunta que «Tarragona y Catalunya no difieren del resto de comunidades, si bien es cierto es que por ser una zona mediterránea y costera, puede ser que el consumo de bebidas alcohólicas sea un poco mayor».
Más allá del alcohol, inquietan las otras sustancias. En el balance conjunto de los años 2020 y 2021, las drogas propiamente dichas, excluyendo el alcohol, aparecieron en el 43,3% de los fallecidos que dieron positivo en el análisis. Durante 2019, solo figuraban en el 24%, teniendo en cuenta el análisis provincial. El alcohol estaba en el 41% de los casos y los psicofármacos en otro tanto.
«El alcohol es más fácil de controlar, porque la manera de hacerlo está bien tasada, pero no sucede lo mismo en el caso de las drogas e incluso en la mezcla con los psicofármacos, porque también tenemos que hablar de las drogas legales que afectan a la conducción», añade Arnaldo.
En clave catalana, el análisis de los datos toxicológicos por sexo muestra que el 25% de las mujeres muertas habían consumido sustancias. El porcentaje se eleva al 41,3% en el caso de los hombres.
Entre los 30 y los 49 años
En lo que concierne a la edad, de entre los consumidores fallecidos en accidente sobresalen los de mediana edad, aquellos entre los 30 y los 49 años. En concreto, el segmento de entre 30 y 39 es el que tiene un porcentaje más elevado de muertes positivo por alguna sustancia, con un 55,3% de las víctimas, seguido de la franja de 40 a 49. En esta un 45,9% de los conductores o peatones fallecidos habían consumido.
Otro de los perfiles más observados son los jóvenes. De entre los menores de 20 años, el 20% sí habían tomado. Trànsit destaca que «de esa franja el 100% de las mujeres que murieron por accidente habían tomado alcohol, drogas o psicofármacos».
El 50% de los que iban en turismo
En cuanto al tipo de vehículo, de los conductores de turismo que perdieron la vida, el 50% habían consumido alguna sustancia (41 de 82 muertes en Catalunya). En motoristas el porcentaje de positivos baja hasta el 35,8% (29 de 81), mientras que en el caso de los ciclistas la proporción disminuye aún más, para situarse en el 10% (una de las nueve víctimas mortales). En cuanto a peatones muertos, un 29,3% habían tomado alcohol, drogas o psicofármacos (12 de 41).
Arnaldo alerta de que «cada vez hay nuevas sustancias y nuevas formas de distribución, por ejemplo a través de internet, cada vez más difíciles de combatir» y alerta de que se trata de un problema global: «No se puede aislar el problema de las drogas en la conducción del consumo en general que se da en Catalunya y en España, hay que darle un tratamiento como si fuera una epidemia, y eso no se combate con sanciones sino con la prevención». «Es un problema que hay que afrontar más desde el punto de vista sanitario, como sociedad», añade el responsable de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
El otro frente abierto tiene que ver con la incidencia de los psicofármacos, cuyo consumo aumenta en el marco del afloramiento de la salud mental pospandemia. Mario Arnaldo reclama «que sería necesaria una ley orgánica que combine el derecho a la intimidad con la seguridad vial de forma que cuando un facultativo prescriba un fármaco o detecte una enfermedad incompatible con la conducción tenga la obligación de comunicarlo a las autoridades».
El Servei Català de Trànsit recuerda que el consumo de droga y alcohol aumenta el tiempo de reacción y causa problemas de percepción, atención, control, coordinación y somnolencia. También incrementa la impulsividad al volante. Por eso la administración recuerda que la única tasa segura es la de 0,0%