Un vecino de Tarragona que presuntamente no aceptó bien la ruptura con su pareja, la intentó asfixiar, la apuñaló y le hizo un corte en el cuello. Así lo asegura el fiscal en su escrito de acusación y que califica los hechos como un delito de tentativa de asesinato –aprecia la agravante de alevosía–.
Pide para el acusado la pena de 14 años y 29 días de prisión –y cinco más de libertad vigilada–, así como una orden de alejamiento para que no pueda comunicarse ni acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante 20 años.
Por su parte, la acusación particular eleva la pena solicitada hasta los 18 años de cárcel al apreciar también la agravante de parentesco, de discriminación por razón de género y de haber ejecutado los hechos mediante disfraz y aprovechando las circunstancias del tiempo.
La orden de alejamiento y la libertad vigilada es la misma petición que el Ministerio Público
Y en concepto de responsabilidad civil, el fiscal la fija en 119.186,50 euros por las lesiones y secuelas causadas y 25.000 por los daños morales, mientras que la acusación particular es de 120.000 y 50.000, respectivamente. El juicio tendrá lugar posiblemente el próximo año en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona.
La relación
El acusado tiene 30 años y mantuvo una relación análoga a la de cónyuge con la víctima durante dos años. Uno de ellos estuvieron conviviendo ambos en el piso de él, en el barrio de Sant Ramon. El 14 de mayo del año pasado, sobre las 3.40 horas, «ante la falta de aceptación de la ruptura sentimental», el procesado esperó a la víctima en la calle a que volviera a su casa, en el mencionado barrio.
Con carácter previo se habían intercambiado mensajes por Whatsapp. En los mismos, el procesado le preguntaba cómo le iba la noche e informándole ella de la hora a la que iba a subir al domicilio.
Cuando la mujer llegó a la casa, aparcó delante del portal, se dirigió al maletero para recoger su mochila, momento en que se percató de la presencia del acusado. Este apareció vestido de negro y con la capucha de la sudadera puesta. Se acercó a la víctima y le dijo que la quería mucho, mientras la giraba para abrazarla por detrás.
Seguidamente, el encausado cogió la cara de la mujer y la puso de espaldas a él, mientras le decía «sssshhh». Y le hizo una incisión en el cuello con un cuchillo, momento en que la víctima le apartó la mano.
La mujer intentó escapar y ambos cayeron al suelo, forcejeando. Ella trató de quitarle el cuchillo. El acusado intentó ahogarla y ella se puso a gritar «socorro» y que la iban a matar. El procesado le decía que se callara porque estaba muy nervioso y le tapaba la boca con la mano para impedir que gritara. Ella le mordió.
Forcejeo
La mujer, para evitar ser agredida, le dijo que iban a estar juntos, que no la matara. Pero él le dijo que no». Mientras estaban en el suelo forcejeando, él se puso encima de la denunciante y le clavó el cuchillo en el abdomen. Finalmente, acabaron sentados. El acusado cogió la bufanda de la mujer y se la puso en la boca, tratado de ahogarla, mientras le decía que se callara porque estaba muy nervioso.
Finalmente, la víctima consiguió quitar el cuchillo a su agresor y lo tiró debajo del coche. Él salió corriendo.
La mujer fue trasladada al hospital, donde permaneció nueve días ingresada. Estuvo otros 132 días impedida para sus ocupaciones habituales. Le han quedado secuelas.
La Fiscalía, en su escrito, recalca que «teniendo en cuenta la localización anatómica de la zona atacada y las repercusiones orgánicas de las lesiones causadas, habrían supuesto un riesgo vital de no haber recibido tratamiento». El sospechoso fue detenido el mismo día y al cabo de dos ingresó en prisión preventiva.