La Guardia Civil, en el marco de la denominada “Operación BUS”, ha desplegado un complejo dispositivo policial en las provincias de Barcelona (Barcelona, Sant Adrià del Besòs, Montonès del Vallès y Manlleu) y Tarragona (Reus, Alcanar, Valls, Cunit y Ruidoms), en el que han participado 150 efectivos, culminando con el desmantelamiento de una organización criminal dedicada al cultivo y tráfico de marihuana y procediendo a la detención de 13 personas.
La organización estaba compuesta en su totalidad por individuos de origen albanés que se habían asentado en Catalunya con el objetivo de cultivar y distribuir marihuana por toda Europa. Durante la investigación se pudieron localizar un total de 4 plantaciones que estaban permanentemente custodiadas y disponían de sofisticados sistemas de seguridad para la detección y visualización de personas en sus inmediaciones.
Los sistemas de iluminación y de climatización, como suele ser habitual en estos casos, estaban siendo alimentados por energía eléctrica obtenida de forma fraudulenta a través de conexiones irregulares a la red. La distribuidora ENDESA ha estimado en sus informes técnicos un consumo de 793.561 kWh, equivalente a una población de 220 hogares durante un año y una cuantía defraudada de más de 270.000 euros. En el operativo han participado 18 Técnicos.
Durante la madrugada del día 24 y tras meses de investigación policial, se ha procedido a la fase de explotación de la operación policial, desplegando un amplio dispositivo con unos 150 agentes de la Guardia Civil de diferentes especialidades, que han llevado a cabo 12 entradas y registros, tanto en domicilios como en naves industriales, con el resultado de 13 personas detenidas.
En el interior de los lugares acondicionados como plantaciones “indoor” se han descubierto cultivos de marihuana (Cannabis sativa), interviniendo 1.397 plantas en avanzado estado de desarrollo, 6,08 kg de cogollos y 6.885 euros en metálico. Estos lugares tenían montados unos avanzados sistemas de ventilación y renovación de aire, de manera que apenas se detectaban el aroma intenso y característico que desprende la marihuana en su proceso de floración. Así mismo, tenían un sofisticado sistema de iluminación y temperatura que buscaba el alto rendimiento de los cultivos.
Estas plantaciones tenían capacidad para producir anualmente una cantidad de entre 1951 a 2230 kg. de marihuana, la cual tendría en el mercado ilícito una valoración de 4,87 a 5,57 millones de euros.
La Organización Criminal, conformada por personas de origen albanés, tenían una estructura perfectamente jerarquizada y especializada, con los diferentes roles o cometidos perfectamente definidos. Desde los máximos responsables, pasando por los encargados de logística, personal que abastecía cualquier necesidad, técnicos en montaje y, finalmente, los cuidadores, que permanecían en el interior de las plantaciones para evitar la sustracción de la marihuana producida.