Formación a medida para las empresas, cientos de cursos en abierto para toda la población, subvencionados por el SOC o dirigidos especialmente a los jóvenes, información y asesoramiento... Las Cámaras de Comercio son un activo indiscutible en el impulso laboral del territorio en ambos lados del mercado, en el de la oferta y en el de la demanda.
Si bien la formación, tanto de empleadores como de empleados, es uno de sus distintivos, también lo es su papel social. Son garantes del talento, toman la temperatura del tejido empresarial y acompañan los primeros pasos de las trayectorias profesionales. A grandes términos, estos son los rasgos que comparten estas entidades, aunque después, cada una de ellas tiene peculiaridades específicas.
Las Cámaras disponen de su propio programa de garantía juvenil PICE que en la práctica son planes de formación para jóvenes de entre 17 y 29 años. «Son personas que, en un momento determinado, ni trabajan ni estudian. Pueden cursarlo jóvenes que han terminado una carrera universitaria, pero que no encuentran trabajo y se forman en otra disciplina», comenta Josep Oriol, director de formación de la Cambra de Tarragona. Así, los objetivos en los diferentes municipios son dos. «En primer lugar, que encuentren trabajo y para ello intentamos ver qué sector es prioritario en la zona. Y en segundo lugar, si no lo logran, que los jóvenes que han dejado de estudiar se puedan reenganchar al mundo educativo».
Los cursos varían en función de la necesidad real del mercado, desde hostelería a logística.También Francesc Minguell, gerente de la Cambra de Tortosa, destaca el plan PICE. «Los escuchamos y los orientamos. Les ofrecemos una primera formación genérica para encontrar el primer empleo, para saber hacer una entrevista, un curriculum, etc., y si aquella persona tiene muy claras las ideas, vamos hacia una formación específica».
Los sectores a los que se dirigen las Cámaras son muy diversos y siempre en relación con la demanda real de la sociedad, para lo cual estas entidades están en estrecha relación con los centros educativos y la FP Dual. Como destaca Jordi Just, presidente de la Cambra de Reus, «atendemos a la diversidad. Nos adaptamos a cada alumno según su perfil y sus necesidades. Es decir, en PICE podemos encontrar desde un curso presencial de operarios de almacén hasta otro online de Marketing digital. Y en el programa 45+, dirigido a aumentar la ocupabilidad de personas de entre 45 y 60 años, el grueso de la formación es esencialmente en competencias digitales».
En este sentido, mientras en las Terres de l’Ebre son centrales los sectores agroalimentario, el embalaje, las cooperativas o el del mueble, en Valls lo es la logística, entre otros. Tal es así que la Cambra vallense se ha especializado en el sector y ha creado hace ya un par de años la Escola de Logística, impulsada junto a la Fundación ICIL y la Universitat Rovira i Virgili (URV). Una entidad que ha empezado a caminar con tres patas principales, tal como explica Josep Maria Rovira, su presidente: un laboratorio de logística donde todos los interesados tienen a su alcance los simuladores de Software de los programas más prestigiosos del mundo; un foro Supply Chain Talent Network, en el que comentar y dialogar y finalmente, un espacio de consultores, previo pago de una cuota. Todo a disposición de las empresas, pero también de los estudiantes del Institut Jaume Huguet de Valls, en el que, por otra parte, este año se ha iniciado el módulo superior de logística y transporte.
«Paralelamente, como escuela de logística ofrecemos como mínimo cuatro webinars al año dirigidos a estudiantes y profesionales que trabajen en logística en la actualidad, que tratarán cuestiones de problemática real como puede ser el Brexit, la última milla o la importación de materias primas», sostiene Rovira, quien asegura que «la logística es transversal en las empresas de nuestras comarcas, pero también en todo el mundo».
Asimismo, en el marco de la FP Dual, la Cambra de Tarragona tiene en marcha una prueba piloto junto a las de Madrid, Sevilla y Navarra. «Se trata de los embajadores de la FP Dual. Es decir, jóvenes que han cursado esta formación imparten charlas a los colectivos de garantía juvenil que están un poco más perdidos, para intentar reorientarlos. De esta manera no se quedan estancados», dice Josep Oriol.
Imparten formación a la carta en las empresas, en función de sus necesidades.Pero los jóvenes son solo una parte de los destinatarios. También desempleados de todas las edades o los ciudadanos en general. Por ello, con el objetivo de llegar al mayor número de capas, la Cambra de Reus también trabaja en colaboración con diversas entidades, con centros de acogida de inmigrantes y otros de formación ocupacional.
Mientras, las ferias son otras de las actividades que ponen en contacto la oferta con la demanda y que ahora, tras la Covid-19, se celebran en formato presencial y virtual, como cuenta el presidente de la Cambra de Comerç de Reus, Jordi Just. Dos son las modalidades que organizan, tanto en Tarragona como en Reus. Por una parte, las dirigidas a toda la población, que antes de la pandemia llegaron a congregar en Tarragona a unas 2.500 personas y 65 empresas y, por otra, las específicas de FP Dual, cuyo público fundamental son las empresas que no conocen este tipo de formación. En definitiva, tanto la FP Dual como el trabajo de las Cámaras es fundamental para conseguir mano de obra cualificada, una «carencia generalizada», como apunta Josep Maria Rovira.
En el otro extremo, el de las empresas, estas entidades también ofrecen cursos a la carta. «De igual forma existe el servicio al emprendimiento. Tradicionalmente, cuando un emprendedor venía le ayudábamos con el plan de empresa, algo que seguimos haciendo, aunque bajo el paraguas de los programas europeos, con los que llegamos a muchísima más gente», concluye Francesc Minguell desde Tortosa.