No hay ninguna Misericòrdia en el Baix Camp nacida entre los años 2010 y 2019. Un vacío destacable, teniendo en cuenta que esta es la patrona de Reus, capital de la comarca, donde desde 1683 hay un santuario renacentista presidiendo una de las entradas a la ciudad. Por fortuna, esta sequía se rompió en marzo, en plena pandemia de la Covid-19, con el nacimiento de una niña cuyo nombre elegido fue Misericòrdia. La primera de la década del 2020-29, coincidiendo con la vuelta en escena de la bandera de la Mare de Déu de Misericòrdia en los balcones de la ciudad, a quien algunos se encomendaron para combatir el virus.
Distinto es el honor que corre el patrón de la ciudad, Sant Pere. Entre 2010 y 2018, se ha puesto el nombre de Pere a 14 niños. Una cifra que lo coloca en el 117 puesto de los nombres de hombres más usados la pasada década. Son cifras poco abundantes que indican que la perduración de estos nombres corre peligro en el propio territorio en el que más se honra a su santo, con la Festa Major de Sant Pere el 29 de junio y las fiestas de la Misericòrdia, el 25 de septiembre.
Los sesenta fueron los años de plenitud de los nombres, con 192 Misericòrdies y 80 PeresDesde 1930, en la comarca del Baix Camp, se han inscrito 565 mujeres con el nombre de Misericòrdia y 356 hombres con el de Pere. Son cifras facilitadas por el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat) que finalizan su recuento en el 2018.
El año pasado, durante el encuentro de Misericòrdies, un acto que anualmente se celebra en septiembre en el ayuntamiento de Reus en el contexto de la Festa Major, la presidenta del Grupo Cultural, Misericòrdia Salvadó, ya mostró su preocupación por la década de sequía de Misericòrdies, Coies o Coris. Ahora, y en medio de la pandemia de Covid-19, ha surgido una nueva descendiente de este nombre tan estrechamente ligado a Reus.
El nombre de Misericòrdia vivió su momento más glorioso en la década de los sesenta, con 192 inscripciones de neonatos con este nombre. Por aquel entonces, se trataba del doceavo nombre más popular entre las niñas nacidas en la comarca, y llegó a representar el 6,9% de los nuevos nacidos entre el 60 y el 69. Venía, además, de otra década esplendida con la patrona de Reus, con 149 niñas con este nombre nacidas entre 1950 y 1959.
Los sesenta también fueron la década que registró el récord de recién nacidos en el territorio llamados Pere. En este caso tocaron a 8 por año, con un total de 80. Durante esos diez años, el 5,7% de los niños que nacían en el Baix Camp, se nombraron igual que el patrón de Reus.
En el periodo de 1930 a 1939, 8,5 de cada 100 niños que nacían se llamaron PereLa elección del nombre de Pere es más regular que el de Misericòrdia. El nombre de cuyo patrón se dedicó la prioral de Reus, la iglesia con el segundo campanario más alto de Catalunya, tiene una media de 30 Peres por década. El peor registro es el de la del 2010, con 14; seguida de la de los años 30 y los 80, con 29. En la otra cara de la moneda, durante el año 1930 y 1939 Pere tuvo su máxima popularidad, ya que 8,5 de cada 100 niños recién nacidos se llamaban así. Los cincuentas, con 57 y los setentas, con 45, son los otros dos años con más popularidad del nombre. Aunque tampoco se quedó lejos la década de los 2000, con una cuarentena.
457 Misericòrdies en 30 años
Por su contra, Misericòrdia tuvo tres décadas muy destacadas: entre el 1950 y el 1980. En estos treinta años nacieron 457 de las 565 Misericòrdies registradas hasta el 2018 en el Baix Camp. Sin embargo, a partir de los años 70 el nombre no ha dejado de caer en picado: de 116 en la década de los 70 a 36 en la de los 80 hasta pasar en los 2000 a 4. Las mismas cifras que en el período de la Segunda República y la Guerra Civil.
En su época dorada, el 14% de las mujeres nacidas en el Baix Camp llevaban el nombre de Misericòrdia, para quedarse, la década pasada, sin ningún registro.
«Ojalá que más niñas llevasen el nombre de Misericòrdia», dice Misericòrdia Anguera. Ella es la secretaria del Grup Cultural de Misericòrdies de Reus y, a pesar de todo, admite que es muy difícil ir a contracorriente. Y es que es consciente de que los nombres «van en consonancia con las modas, y cada vez hay menos Peres, Joseps…».
Anguera detalla que el Grup Cultural cuenta con 255 socias, aunque se calcula que unas 540 mujeres se llaman Misericòrdia actualmente. Un nombre que, sobre todo en los últimos años, ha ido a la baja. En los últimos once años, únicamente ha nacido una niña con este nombre.
Este vacío no es excepcional de Reus o el Baix Camp, sino que en toda Catalunya no consta ninguna otra Misericòrdia desde 2010. La situación no mejora demasiado si nos fijamos entre el 2000 y 2009. Según Idescat, durante esos años sólo cinco niñas les pusieron de nombre el de la patrona de Reus. Desde antes de 1930 y hasta 2018, el nombre se ha puesto a 912 mujeres en todo el territorio catalán, 569 de las cuales en el Baix Camp.
«En algunas familias, poner el nombre de Misericòrdia es una tradición. En el grupo tenemos aproximadamente a una veintena de casos en la que madre e hija se llaman igual», explica Misericòrdia Anguera. En su caso, optó por poner otros nombres a sus hijos «y la verdad es que ahora sí que me arrepiento, viendo que se está perdiendo», admite Anguera, aunque sí que tiene una prima que también se llama Misericòrdia.
Potenciar las Misericòrdies
Aunque los nombres son cuestión de moda, desde el Grup Cultural de Misericòrdies de Reus se explica que hicieron llegar una propuesta a la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Reus para intentar incentivar a los reusenses a volver a poner el nombre de la patrona de la ciudad. «Nosotras hicimos la propuesta y parece que se está trabajando en ello», avanza Anguera. En este sentido, se estaría trabajando en un proyecto que giraría en torno a un vídeo promocional con el fin de potenciar el nombre.
El Grup Cultural de Misericòrdies, que lleva el nombre de la patrona al mundo, agrupa a más de 200 socias, todas ellas Misericòrdies de Reus, la mayor de las cuales nació en 1923. Más allá de honrar el nombre, organizan anualmente distintas actividades. Aunque este año, a raíz de la pandemia de la Covid-19, el calendario se ha visto truncado. En este sentido, no han podido realizar ni la excursión ni el viaje que cada año organizan.
Lo que no se perderán es la misa prevista para el próximo 20 de septiembre, y que cada año se celebra en torno a las Fiestas de Misericòrdia. «Nos regiremos por todas las normativas de seguridad y limitaremos el aforo», detalla Anguera. Por otro lado, también hay la intención de poder realizar el tradicional encuentro de Misericòrdies en la casa consistorial.